ARENAS MOVEDIZAS
16 de diciembre de 1996
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Ese desconsuelo que ustedes tan acertada y oportunamente han tenido a bien cuantificar en su último número, se me ocurre compararla a un campo de arenas movedizas en el cual mientras más nos movemos más nos hundimos. El problema más grave es que no tenemos al alcance la rama salvadora de la cual pudiésemos asirnos. La rama salvadora es, en estos casos, el Churchill o el De Gaulle que, ante la humillación y la vergüenza, no dividieron sino que aglutinaron y salvaron a sus pueblos de la desmoralización.En nuestro caso el líder, el rumbo, la rama salvadora, se echó él mismo a las arenas movedizas cuando se hundió y nos incluyó a todos por igual en su problema. Alfonso ArangoBogotá