Asiduo gringo

El suscrito gringo ofrece comentario desde la perspectiva de muchos lustros de residencia en Colombia en gratos oficios enfocados en la promoción de la comprensión y confraternidad colombo-americanas. Asiduo lector de incontables escritos del señor Antonio Caballero, con admiración por su estilo analítico y penetrante, pero desaliento por su inexorable y vitriólica detracción de los Estados Unidos, y todo lo relacionado con ese país, de cuyo pueblo, gobierno o tradiciones parece no sólo incapaz de encontrar la más mínima virtud, sino exponer a veces los más rebuscados raciocinios para inculpar a los gringos por todos los males del planeta.

Las recientes cartas (referencia ‘Por lo bien que escribe’, del señor J.W. Pearl, edición #954; ‘Nihilista’, del señor Eduardo Ortiz, edición #957) me han motivado romper el silencio que había resuelto guardar, por obvias razones.

¡Qué lástima! Un escritor cuyo extraordinario talento lo colocaría entre los más sagaces del país, ausente tan obvia —qué ¿paranoia?— respecto del país que, con todos sus defectos (y los hay), es amigo del pueblo colombiano y admirador de su histórica adhesión a los principios democráticos.