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"El voto en blanco es un fantasma para la democracia". Emilio Sarmiento

8 de febrero de 2014

 Pensamiento profundo

Sobre el artículo ‘Magistrados al parque’, edición n.° 1657. Ante la posibilidad de que la empresa canadiense Cosigo Resources extraiga el oro de Yuisy gracias a un título minero otorgado por Ingeominas, no hay nada más sabio que el pensamiento que tienen los indígenas para no hacerlo “el oro es del mundo de abajo y puede traer desgracia a su pueblo”. Ojalá que tantas grandes empresas nacionales y extranjeras entendieran lo profundo de dicho pensamiento, porque más acertado no puede ser. 

Claudia Milena Vélez Torres 
Cali 

Mirar al país 

Muy buena la entrevista al profesor Malcolm Deas en la edición n.° 1657. Toda una lección de cómo mirar al país: culta, informada y amplia. Felicitaciones. 

Benjamin Barney Caldas 
Cali 

Alegría y felicidad 

La felicidad es relativa pero es felicidad, así sea momentánea. Quizá por eso parecemos “los más felices otra vez”, de acuerdo con el artículo publicado en la edición n.° 1654. Si les preguntaron a los del jet-set que estaban en Cartagena celebrando el fin de año y recibiendo el nuevo, quizás estaban felices, sin tener que preocuparse por el trabajo, por el aumento de precios en el año que comienza o por cómo pagarán el nuevo semestre de sus hijos. Si les preguntaron a los que en casa celebraron con su familia la llegada del nuevo año, reunidos, sin que les faltara la cena de Navidad, también fueron felices. Y si les preguntaron a los asalariados que esperaban con ansias el aumento del gobierno para 2014, quizá también fueron felices pensando en que, por lo menos, terminaron el año con trabajito. Pero realmente la felicidad no debería estar ligada a momentos sino al verdadero placer de vivir con equidad, oportunidades, igualdad para todos y respeto por los valores. Y para lograrlo necesitamos desarrollo, necesitamos al Sena con una sede en Aguablanca en Cali para preparar a la gente, canchas de tenis, fútbol y piscinas para dar clases gratuitas a los niños y adolescentes; parques limpios, paisajísticos y bien organizados, arborización, ciclovías, calles pavimentadas y en buen estado, un sistema de transporte acorde a las necesidades de la gente, centros comerciales con sus salas de cine y restaurantes, etcétera. Hay que dejar la ignorancia al pensar en que para los pobres es lo feo, lo mal hecho, lo más barato y lo malo, como si ellos no sintieran, no vieran, no aprendieran, no apreciaran y no se divirtieran. 

Quizá si dejáramos de lado esta concepción errónea, sí seríamos más felices, cada uno dentro de nuestras posibilidades y condiciones de vida. Necesitamos gobiernos locales que atiendan a esta población, pero con desarrollo, tratando de sacarla adelante para que haya oportunidad, trabajo y menos violencia.  

Marlene Rosero 
Cali 

Modernos mártires 

En relación con su artículo ‘En peligro de extinción’, de la edición n.° 1650. Nadie puede culpar a los cristianos de Oriente Medio de buscar alianzas con el dictador de turno, si lo que necesitan es la supervivencia, en Irak, Pakistán, Jordania, Turquía o Egipto. El exterminio contra los cristianos también se lleva a cabo en África. Sus compatriotas musulmanes los detestan a muerte y con la ayuda de Al Qaeda y otros de su estilo, el proceso se hace más fácil. Ni los organismos internacionales ni las ONG se manifiestan en contra de esta erradicación por la fuerza. 

Alberto CastellanosOrlando
Estados Unidos 

Movilidad irresponsable 

Sobre el revuelo por los peajes urbanos en SEMANA n.° 1650. Esto es lo menos que debe hacer el ministerio. La verdad es que en ninguna de las ciudades principales cabe un vehículo más. Seguir matriculando más carros mientras no existan vías suficientes es irresponsable. El problema de la movilidad tiene un altísimo costo económico que seguramente impacta adversamente el PIB nacional. Eso no puede continuar. Hay que frenar temporalmente el crecimiento del parque automotor, lo cual implicará manejar el conflicto que esto generaría con las empresas, en su mayoría importadoras, que están vendiendo vehículos como locos con planes de crédito de hasta 84 meses. 

Los peajes deben cumplir dos funciones: generar recursos para invertir en vías y desestimular el uso del vehículo particular. Mucha gente concluiría que es mejor tomar un taxi, de los cuales también están llenas las ciudades. Tal vez un programa de chatarrización voluntario en el que el gobierno compre para destrucción los vehículos de modelos viejos a precio de la revista Motor pueda servir para atenuar el conflicto con los vendedores de carros. Pero de todas maneras, hay que racionalizar la expansión del mercado. En cuanto a las tarifas de los peajes, estas deberían ser diferenciales, gravando más a las 4x4 que en su mayoría son casi buses que trasportan una sola persona, ocupan el doble de espacio y afectan más las vías por su peso. 

Francisco Gaitán 
Bogotá 

Entre arquitectos 

En la edición especial (n.° 1651-1652) de SEMANA, la crónica ‘Gigantes que fallan’ ofrece un enfoque elitista e injusto con los numerosos arquitectos que sirven a sus países y contextos sociales sin producir por ello ‘íconos’ o superedificios, especialmente en el caso colombiano. La preocupación mediática por los ‘estrellarquitectos’ (starchitects), al poner muy por alto a unos cuantos divos, los equipara a los músicos de rock y a los devaneos de la familia real española, cosa que no favorece a nadie, ni a los autores ni a los usuarios de los edificios de vanguardia. SEMANA le dedica un espacio tan exagerado gráficamente como desmedido críticamente al polémico arquitecto Mazzanti, equiparándolo a los demandados y nefastos Frank Gehry (Stata Center, boston9) y Santiago Calatrava (por lo menos nueve demandas en otras tantas obras).  

El arquitecto Mazzanti repite los argumentos defensivos usados y publicados por los abogados de Gehry y Calatrava, con el sofisma de que una cosa es diseño, creación abstracta y sublime y otra muy aparte la materialización de extravagancias y espejismos a cargo de constructores, calculistas e interventores, todos los cuales, según él, son los verdaderos responsables de las fallas o desastres técnicos de los ‘íconos’. Esta engañosa posición dialéctica omite decir que lo que se construye, mal que bien, es siempre algo que algún arquitecto y sus secuaces urdieron en una oficina y enviaron en forma de CD al constructor. Los errores son a veces de uno y otros (como se ha visto, con efectos letales, en la ciudad “más innovadora del mundo”, Medellín). En ese ping-pong de lavadas de manos nadie queda a salvo. ¿La culpa la tiene el diseño deficiente o la mala construcción? ¿O ambos en dosis incalculables? 

Al igual que quien contesta engañosa pero ingenuamente una observación sobre el nivel de criminalidad urbana en Bogotá, alegando con alivio que el de Washington es mucho mayor, el señor Mazzanti expresa uno de los más corrientes sofismas sobre las crecientes deficiencias de alguna de sus obras (la Biblioteca España en Medellín): los edificios de otras épocas también presentan problemas técnicos o análogos a los de los suyos. Que una catedral gótica tenga goteras, a la edad de 800 años no es grave. Ante todo y por sobre todo, se trata de una obra cumbre del género humano. 

Germán Téllez, arquitecto 
Bogotá

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