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"Quiera Dios que los comisionados del gobierno y las Farc consigan terminar esta guerra que nos ha costado tantas lágrimas", Alfonso Calderón, Bogotá.

19 de enero de 2013

Ya no somos los mismos


Su muy variada revista trata temas convencionales y fuera del orden previsto, contribuyendo así a ampliar la mente y desarrollar en sus lectores la imaginación creativa al analizar diferentes perspectivas basándose en descubrimientos recientes. Por tal motivo, la edición n°.1602 en su sección Vida Moderna nos hace caer en cuenta de que  ya no somos los mismos que éramos cuando pensábamos en nuestro proyecto y modelo de vida a futuro. Incluso es oportuno y acertado el artículo al resaltar que cuando soñábamos de niños en ideales, creíamos saber quiénes éramos, pero la falta de perspectivas y de “ollas tapadas de aquella época”, sin tanto avance en ciencia como el actual, lo que resultó fue a manera de especulación.  

Además ante abrumadores cambios de  costumbres, ahora casi todo se sabe públicamente, frente a una real pérdida de intimidad por comunicaciones imperantes, desentrañan y evidencian que nuestros valores y gustos cambian. No así deben hacerlo los principios, base de la buena educación integral a la que todos debemos propender individual y colectivamente.  Variar preferencias en una década se ve normal y hoy día es habitual, al despertar nuevas ópticas de la vida. 

Lo pertinente ahora es no estresarse por pensar estar en la cúspide y mantenerse con equilibrio variante, la vida busca felicidad, pero urge basarse en el camino sin obsesionarse en la meta como si la satisfacción fuera un único punto. No cabe la ansiedad, traba frecuente que enferma. Fundamental en este cambio dar relevancia a la actitud, base potencial de progreso y superación. Finalmente,  es preciso destacar las diferentes circunstancias actuales que inclusive ustedes dicen que “ojalá hubiera sabido lo que sé ahora”. 

Quizá esta crisis de identidad acompañada de una falta de claridad de lo acontecido en el pasado, deriva en que no logramos predecir nuestros gustos futuros, mucho menos los de los amigos y conocidos actuales. Emocionalmente, en instantes cambiamos, aceptemos que lo hacemos, no dramaticemos y más bien afrontemos con valor la realidad.

Diego Casabianca Escallón
Bogotá

Incierto y preocupante

 ‘La agonía del comandante’ como titula María Jimena Duzán su columna,edición n°. 1601, y su muy probable deceso, hacen pensar sobre el incierto y preocupante futuro de Venezuela, pues otrora Chávez y ahora el chavismo quieren perpetuarse en el poder para  consolidar lo que han denominado “el socialismo del siglo XXI”. Sin embargo,  el chavismo, como bien dice la columnista Duzán “nunca ha sido una fuerza homogénea sino anárquica” y aunque se puedan reconocer algunos logros del chavismo en materia social, también hay que decir que su dirigencia y, en especial, los denominados “boliburgueses” —entre los que cabe mencionar parientes cercanos del primer mandatario—  han usufructuado el poder en beneficio propio. El recién elegido presidente de la Asamblea Nacional y el encargado constitucionalmente de convocar a nuevas elecciones, Diosdado Cabello, no solo fue destituido por Chávez por corrupto, sino vuelto a llamar por el mismo Chávez para unificar el chavismo de cara a unas eventuales elecciones que, por lo que parece,  nunca se van a realizar.  Un panorama gris se cierne sobre la hermana República Bolivariana de Venezuela y los meses que se avecinan son bastante preocupantes.

Juan Manuel Jaramillo Uribe
Manizales

Nada con Los Ciruelos

En relación con el artículo sobre los hoteles que sí y que no se permitieron en el Tayrona, hay una confusión en la que dicen que el Grupo Daabon está relacionado con Los Ciruelos.
Queremos aclarar que eso no es cierto, pues no somos socios ni tenemos dinero invertido en Los Ciruelos. Hay confusión por los apellidos: Claudia y Beatriz Dávila son esposas de Juan Hurtado y Simón Solano, pero son Dávila Zúñiga. Ellas son hermanas entre sí y son primas de los Dávila Abondano, pero no son socias del Grupo Daabon. 

El Grupo Daabon pertenece exclusivamente a 7 personas: papá, mamá y cinco hijos.  
Por otro lado, las hermanas Dávila Zúñiga son socias del Grupo Daabon, de los Dávila Abondano, en el proyecto de Arrecifes. Claudia Dávila Zúñiga es la promotora principal y el Grupo Daabon participa en esa iniciativa con 10 por ciento mientras que, reitero, en el proyecto de Los Ciruelos, altamente debatido en estos días, Daabon no tiene ningún tipo de participación.

Manuel Julián Dávila Abondano
Bogotá

Instrumento de presión

En relación con la columna ‘El correo del zar’, publicada en la edición n°. 1601, les ruego permitirme hacer las siguientes aclaraciones:

Jamás he negado que hace más de diez años, en mi ejercicio de abogado litigante, actué como defensor del ciudadano Víctor Manuel Carranza Niño en la primera fase del juicio seguido en su contra por presuntos vínculos con grupos paramilitares. Fue una actividad profesional pública realizada acorde con los principios éticos y legales que rigen la abogacía, no una relación personal. En ese contexto, ante las interpretaciones dirigidas a descalificar mi condición de magistrado de la Corte Suprema de Justicia por esa tarea profesional, siempre aclaro que no fui abordado ni contratado por el procesado, sino por el exmagistrado Jorge Enrique Valencia Martínez, quien conformó y dirigió con plena autonomía el equipo de juristas responsable de esa defensa, integrado también por los doctores Juan Manuel Torres Fresneda y José Hilario Caicedo.

El proceso por la masacre de Mapiripán, pendiente de fallo de casación en la Corte y del cual soy ponente, involucra a los militares retirados Jaime Humberto Uscátegui Ramírez y Hernán Orozco Castro, entre otras personas ya condenadas. Allí no fue vinculado o investigado Víctor Carranza, tal como se explica en la respuesta al derecho de petición del abogado de la parte civil, Luis Guillermo Pérez Casas, que sirve de fuente al columnista Daniel Coronell. Por ello, eludiría mi deber de juez al declararme impedido cuando del hecho de haber sido apoderado del señor Carranza no surge motivo legal que permita apartarme del caso, donde mi antiguo poderdante no tiene la calidad de parte procesal.

Es preocupante que los abogados omitan el uso de los recursos legales que garantizan la imparcialidad del juez, como las recusaciones, y pretendan convertir la delicada función social de la prensa en instrumento de presión contra funcionarios judiciales.

Fernando Alberto Castro Caballero, magistrado de la sala de Casación Civil
Bogotá

En el caso de Chambacú

La reciente publicación realizada por la revista SEMANA, edición n°. 1602, sobre los García Romero contiene inexactitudes y afirmaciones que, por no corresponder a la verdad, me obligan a solicitar una rectificación en lo que se refiere a mi nombre.

Nunca he sido condenado por la Justicia de Colombia ni la de ningún país. En el caso de Chambacú fui exonerado en exhaustiva investigación iniciada por el fiscal Alfonso Gómez Méndez, quien designó para la misma a fiscales delegados ante la Corte Suprema de Justicia, quienes ante la evidencia de mi inocencia nunca expidieron medidas cautelares de ningún tipo. Dicha investigación fue continuada por el fiscal Juan Camilo Osorio y precluida a mi favor.

Héctor García Romero
Bogotá

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