Cartas

El director del Noticiero CM&, Yamid Amat, se muestra indignado por el Holocausto de los judíos cometido por la Alemania nazi y el “holocausto de los palestinos cometido por el Estado judío” (revista SEMANA, edición n.° 1628). 

La acusación al Estado de Israel de cometer un ‘holocausto’ con los palestinos no tiene fundamento alguno distinto a la ofensa aleve. Calificar de ‘holocausto’ las consecuencias de un conflicto que enfrenta ya hace más de 80 años a dos pueblos que reclaman derechos sobre una misma tierra, no solo es etimológicamente errado: es una falsificación de la historia, que desconoce que ambos lados han sufrido millares de víctimas producto de la violencia. 

Ignora que hoy más de 1.200.000 árabes palestinos son ciudadanos del Estado de Israel que conviven en igualdad de derechos y oportunidades con más de 5 millones de judíos. Pasa por alto que a pesar de las diferencias, los líderes de ambos pueblos han llevado a cabo negociaciones orientadas a la búsqueda de un acuerdo que ponga fin al enfrentamiento. Oculta la responsabilidad del liderazgo palestino que durante años prefirió el lenguaje del terror y la confrontación, al de la coexistencia, como lo pregonan desde Gaza los líderes de Hamas.

El paralelo que insinúa el señor Amat entre el diabólico plan de extermino que segó la vida de dos tercios de la población judía europea durante la Segunda Guerra Mundial, y el conflicto territorial existente entre Israel y los palestinos, que esperamos encuentre pronto una justa solución, no solo es equivocado: es una deplorable manipulación.

En referencia al artículo ‘La guarida del Gran Hermano’, edición n.° 1628 de SEMANA, opino que los imperialistas encontraron en la fibra óptica, en la telefonía celular y en internet los medios adecuados para expiar a todo el planeta –colectividades e individuos– violando la privacidad de los ciudadanos de bien e irrespetando su vida particular. El espionaje efectuado por la Agencia de Seguridad de Estados Unidos (la NSA) vulnera la cuarta enmienda de la Constitución de ese país. Nada detiene al imperialismo, que desconoce la misma Constitución local y la normatividad mundial para tener sometida la sociedad mundial y mantenerse como único todopoderoso de la Tierra. La libertad es un simple eufemismo. Gracias al héroe exanalista estadounidense de la CIA Edward Snowden por revelar el espionaje mundial que practica Estados Unidos. Snowden aceptó las condiciones de asilo en Rusia y ahí se quedará hasta que resuelva otra clase de asilos en países como Bolivia, Nicaragua o Venezuela. 

La política exterior de Estados Unidos en cabeza del presidente Obama nada ha cambiado con respecto a la del intervencionista Bush. Hemos sido defraudados los que creíamos en sus democráticos y humanos discurso de igualdad, equidad, libertad y respeto por la autonomía de los países y de sus conciudadanos. Todo ha sido retórica. Estamos indignados por las interferencias ilegales y por las horrorosas posiciones de cierto medio de comunicación, los cuales –tratando de anárquicos de la comunicación a los perseguidos como Snowden– golpean el principio fundamental del periodismo que es la verdad objetiva. Debe investigarse si las interferencias ilegales en Colombia tienen relación con las cometidas por el imperio. Muy pronto estaremos con chips y conocerán nuestros más íntimos secretos y órganos, para terminar así con la libertad, abriendo sendas para la robotización y la esclavitud de los humanos.

Con relación a su informe especial ‘Los diez más’ (SEMANA n.° 1628) y las diez mujeres en ocupar cargos públicos, en lo tocante a la primera alcaldesa de Colombia les comento que por el decreto del 7 de enero de 1959 fue nombrada alcaldesa de Sogamoso (Boyacá) y se posesionó como tal doña Mercedes Montejo Albarracín. Fue designada por el entonces gobernador de Boyacá, Alejandro Mendoza.

Agradable y sorprendente el informe especial de ‘Los diez más’ de SEMANA n.° 1628, que contiene la memoria del mundo fantástico del conocimiento y que, además, sirve para valorar lo que somos y cimentar el futuro. Agregamos a su valioso contenido las poblaciones y municipios nariñenses de Cumbal, Guachucal (que es la más alta de Colombia) y Túquerres (con una temperatura de 8 grados) que están enmarcados por volcanes níveos y que están también entre los lugares más fríos. También se encuentran en este departamento obras patrimoniales antiguas como el museo casona Taminango y la concatedral de San Juan Bautista del siglo XVII en Pasto, el pan de maíz (una delicia de la repostería regional en Ipiales), el cuy asado (el cual se incluye en el especial), que es un plato típico nariñense, a la vez afrodisiaco y suculento, que viene del tiempo de los incas, con festival en Cali. Y valga la oportunidad para llamar la atención sobre la doble calzada Mojarras-Rumichaca, que en partes es una trocha, situada en la vía Panamericana que une a Colombia con Suramérica. Es una obra que el país necesita.