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DE CARLOS GUSTAVO ARRIETA

18 de marzo de 1996

Es totalmente inexacto lo afirmado en el confidencial titulado 'Malestar', publicado en la edición de febrero 13 de SEMANA, pues no es cierto que yo hubiese preguntado a la Cancillería si podía "quedarme en el cargo durante dos meses para organizar mi regreso". Y es inexacto, pues quien así les informó insinuó algo que no corresponde a la realidad, y que con sevicia, pretende desvirtuar la verticalidad de un comportamiento. Es cierto que solicité a la Cancillería permanecer en el cargo de embajador durante unos días. Pero la verdad es que tal solicitud de permanencia en el cargo pretendió únicamente obtener el tiempo mínimo indispensable para poder cumplir ante el gobierno de Holanda con todos los requisitos formales exigidos en este país a un embajador que se retira. Y tales obligaciones no son solamente un asunto de protocolo, sino de elemental educación entre países, cuyo incumplimiento puede provocar resentimientos entre naciones. Para ello me fueron conferidos 20 días. De manera tal que la solicitud que causó 'malestar' y que algunos, tal vez por rabia, por inexperiencia, o por desconocimiento de la diplomacia, quisieron considerar como pintoresca, no fue más que resultado del deseo de defender la imagen de Colombia, y de poder cumplir adecuadamente con las obligaciones establecidas en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas entre Naciones. El mío fue, pues, un comportamiento totalmente consecuente con mis principios, que ningún resentimiento podrá desvirtuar.Carlos Gustavo ArrietaLa Haya, Holanda

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