Home

Cartas

Artículo

De Juan Manuel Avella

28 de octubre de 1996

En relación con el artículo Culpable o paganini, publicado en la edición #750 me gustaría hacer los siguientes comentarios y precisiones: 1. Es clara la posición del redactor al afirmar que se está a un paso de cometer una grave injusticia dentro del proceso a Juan Manuel Avella, en donde al parecer no importan la verdad y la dignidad, sino que por el contrario se ha convertido en una feria de declaraciones contradictorias. 2. En mi caso particular no he buscado ningún tipo de negocio con la Fiscalía, por una sola razón: soy inocente, y esta virtud en momento alguno se concilia o se pacta. ¿Qué más colaboración puede brindársele a la justicia si no es contar solo la verdad? 3. En relación con los balances de la campaña, a los cuales ustedes califican como chimbos, me gustaría informarles que éstos cumplen estrictamente con las normas de contabilidad generalmente aceptadas y contienen los registros de la información contable de los fondos que oficialmente ingresaron a la campaña, que yo manejé y por los que estoy dispuesto a responder. Además no es cierto lo que se afirma que elementos de la investigación apunten a acusarme de conseguir documentos falsos, por lo tanto y en virtud de la ley de prensa les solicito rectificar esta información. 4. Jamás participé en la repartición de millonarias sumas de dinero en efectivo a las tesorerías regionales y esto se encuentra plenamente demostrado a través de los testimonios de los tesoreros regionales, en donde además algunos declaran que ni siquiera me conocieron. 5. Igualmente es mentira que se hubiese realizado reunión alguna entre los señores Medina y Montejo, en la cual yo hubiese participado y se hubiese hablado de pagos en efectivo. Adicionalmente es totalmente falso que en el expediente repose siquiera una cita en la cual Santiago Medina se refiera a esta reunión. 6. No conozco al señor Alberto Giraldo, jamás he cruzado palabra con él y mucho menos lo he llamado bandido, tal y como lo afirma el citado señor Montejo. 7. En una situación tan obvia como es la de NO conocer a una persona, ha sido imposible demostrarlo dentro del proceso, debido a la elemental razón que la Fiscalía no practicó durante un año una prueba también obvia, solicitada por mi defensa y nunca decretada, y es la de haber llamado al señor Giraldo a declarar en mi proceso para determinar si alguna vez en su vida ha tenido algún tipo de relación conmigo. Si no es con el testimonio de esta persona, ¿cómo más puedo demostrar que no lo conozco? 8. Por lo tanto y reafirmando que no conozco a Alberto Giraldo me ratifico en lo dicho a lo largo de mi declaración bajo juramento y posterior indagatoria, sobre el hecho de que jamás remití al señor Montejo a reclamar ningún dinero a donde el señor Giraldo. 9. Sería muy interesante que ustedes realizaran una comparación entre las declaraciones del señor Montejo ante la Fiscalía y ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, en esta última el señor Montejo declara no recordar quién fue el que lo remitió a donde Giraldo. Estas son tan solo algunas de las mentiras que se han venido manejando a través de mi proceso, además de la infinidad de irregularidades procesales a las cuales me ha sometido la fiscalía sin rostro, en una decisión completamente política. Ante esta instancia es simplemente imposible defenderse, tan solo por una razón: allí no lo permiten.
Juan Manuel Avella. Bogotá

Noticias Destacadas