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Artículo

Del Alcalde de Cali

Apolinar Salcedo Caicedo, alcalde de Cali<br>Cali
27 de marzo de 2005

Partiendo de la afirmación de que soy demócrata, he decidido compartirles algunas consideraciones acerca de un artículo sobre la Administración Municipal en SEMANA (edición #1.143).

En verdad -debo reconocerlo- es graciosa la licencia que ustedes utilizan como principio y fin del artículo. Pero aunque me divierten las anécdotas, es de realidades que les quiero hablar. Desde niño la realidad me enteró de las dificultades: de la pobreza, del marginamiento, de la exclusión que desde la cuna acompañan a la mayoría de los niños colombianos. Si a esto se le suma la marca de la piel (soy negro), y una ceguera (de los ojos, no de la función) temprana, las dificultades serán mucho mayores. Pero no fue menos la tenacidad para lograr lo que me he propuesto como persona y como político, con la clara conciencia de que lo social debe ser la guía de acción exclusiva del gobernante.

Si bien con la ceguera no me dieron el don de la profecía, mis estudios y una atenta lectura de lo que pasa a mi alrededor han sido una herramienta para juzgar mis actuaciones y las de mis colaboradores, sabiendo cuándo cometemos errores y cuándo y cómo debemos corregirlos, haciendo caso omiso de los cantos de sirena de aquellos que amparados en la libertad de prensa (la ejercen porque tienen una prensa) aún no comprenden que el pueblo caleño les cobró en la urnas lo poco o nada que hicieron cuando tuvieron la administración municipal.

No me es posible referirme a cada uno de los puntos de su artículo. Esto lo haré en su momento ante los organismos de control, esperando que aquellos que sirvieron de fuente para la investigación de SEMANA renuncien al anonimato y se presenten y expongan sus reparos y denuncias. Entre tanto, hasta el 31 de diciembre de 2007, me dedicaré a cumplir el mandato que me otorgaron más de 180.000 caleños.

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