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Dos fuentes intelectuales

5 de octubre de 1998

En su afán de sintetizar la situación nacional en una página independiente, Antonio Caballero cae sistemáticamente en SEMANA en descripciones maniqueas de la realidad colombiana. Como la siguiente, aparecida en la columna de agosto 10: "... de todas maneras, en Colombia nunca nadie ha tenido nada parecido a una ideología desde que murió don Miguel Antonio Caro, hace ya casi un siglo...". Quiero recordarle al menos dos fuentes intelectuales colombianas, además del ilustre ideólogo conservador, que han sido reconocidas mundialmente como tales: la primera, y muy antigua, es la comunidad Kogui en la Sierra Nevada de Santa Marta, modelo humano de sabiduría y de positiva interacción con la naturaleza. La segunda es la del conocido pensador bogotano Nicolás Gómez Dávila, alabado por intelectuales nacionales y extranjeros, autor de tres libros de brillantes escolios que representan la ideología del aristócrata, hoy en día desafortunadamente en desuso e incomprendida. Aceptemos, en el contexto colombiano, el mensaje de uno de sus escolios: "La sociedad hasta ayer tenía notables; hoy sólo tiene notorios". Ojalá fuera solamente nostalgia y alguien me diera ejemplos reconocidos (fuera de los indígenas) como yo lo he hecho en estas líneas.
Alberto Gómez Gutiérrez Bogotá

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