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EN NOMBRE DE FERNANDO VII

2 de septiembre de 1996

Con referencia a la interesante nota sobre Agustín Agualongo, publicada en el #742 de SEMANA, cabe recordar que este jefe popular realista fue derrotado en el municipio nariñense de Barbacoas, por el entonces teniente coronel Tomás Cipriano de Mosquera y Arboleda, quien años más tarde, ostentando el generalato, desempeñaría en varias ocasiones el cargo de Presidente de la República, constituyéndose, gracias a sus ejecutorias políticas y militares, en una de las más atrayentes personalidades de la historia colombiana del siglo XIX. Precisamente, el apodo de 'Mascachochas' que se le dio después al gran general, tuvo su origen en el defecto físico secuela de las heridas recibidas en desarrollo de la persecución contra Agualongo, cuando un soldado de apellido Martínez, orgánico del Batallón Aragón, le disparó, destrozándole la quijada. A otro militar del Cauca, más tarde general y primer mandatario de Colombia, José María Obando, le correspondió perseguir y capturar al rebelde, acción por la cual fue ascendido por el general Santander al grado de teniente coronel. Agualongo fue fusilado el 13 de julio de 1824 en el hoy Parque Mosquera de la ciudad de Popayán. Sobre el hecho manifestó don Manuel José Castrillón, testigo presencial de la ejecución: "... murió como un valiente, manifestando que él no se consideraba criminal porque había hecho la guerra sosteniendo la causa de sus convicciones, llenando un deber de conciencia; que él no era un traidor al gobierno republicano porque no lo había reconocido, ni lo había jurado, y que como prisionero debía gozar de las garantías que habían regularizado la guerra...". Olvidaba Agualongo que meses antes los mismos realistas habían declarado insubsistente el Tratado sobre la Regularización de la Guerra, suscrito entre el Libertador y Pablo Morillo en 1820, primer antecedente histórico en el derecho público colombiano del conjunto de normas que en la actualidad se conoce como derecho internacional humanitario o derecho internacional aplicable en los conflictos armados. El comentario del Libertador Simón Bolívar al general Santander, en cuanto a que "los pastusos son los demonios más demonios que han salido de los infiernos", debe ser apreciado dentro del contexto histórico en que se hizo: fue en Pasto donde el régimen colonial resistió más tenazmente a la revolución de independencia, invocando el nombre del destronado monarca Fernando VII.
Luis Fernando Osorio Umaña Bogotá

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