ESPECTACULO PREDECIBLE

El espectáculo que ofreció la Cámara de Representantes durante el proceso de aprobación de una extradición coja y prácticamente inoperante, al que hace referencia el artículo publicado en su edición #813 bajo el título 'Ni chicha ni limoná', no debe sorprendernos. Después de ver un debate cuyos resultados eran de antemano conocidos _o por lo menos presentidos_ por todo el país, a pesar del inexplicablemente débil y explicablemente dudoso cabildeo del gobierno nacional, nos queda la impresión de que el Parlamento marcha en dirección opuesta a las expectativas de la mayoría de los electores.En situaciones como las que vimos durante el trámite de reforma del artículo 35 de la Constitución Nacional, el calificativo de honorables que tradicionalmente se ha dado a los congresistas resulta casi risible y, con absoluta certeza, contrario a la contundente realidad, salvo algunas excepciones tan honrosas como escasas. Los medios de comunicación, liderados por SEMANA, debían limitarse a denominar a estos oscuros personajes simplemente representantes (con minúscula), pues los colombianos de bien sabemos exactamente a quiénes y qué intereses representan.Héctor F. Torres Gutiérrez Bogotá