Indignación e inconformidad

Como suscriptor de muchos años de SEMANA, me considero en el derecho de utilizar, por primera vez en mi vida, este medio puesto a nuestra disposición por ustedes para manifestarle mi indignación y absoluta inconformidad con el tratamiento dado por el articulista, asignado al tema en cuestión, 'Boda Real' (Edición #1.151).

Considero un error garrafal asignar a ese columnista para elaborar un artículo de información no de opinión, en el cual debe prevalecer la objetividad que a su revista caracteriza y en el caso que nos ocupa, el respeto hacia la mayoría de los españoles (y de los muchos colombianos que disfrutaron el acontecimiento, incluidos nuestro Presidente y ex presidentes presentes en el matrimonio), para los cuales sin ser necesariamente monárquicos, esta institución ha representado estabilidad y con ella ha contribuido al espectacular progreso que España ha tenido en los últimos decenios.

El término bodrio y por extensión bodorrio empleado por el articulista es absolutamente ofensivo, despectivo y degradante en la terminología popular española y evidentemente inapropiado para calificar el evento, por muy en desacuerdo que se pueda estar con el mismo.