Mi réplica al artículo de Antonio Caballero 'La historia de O' (SEMANA #1.081) no es una crítica con interés político sino con interés social, específicamente buscando una mejor consideración para los esquizofrénicos.
Ser esquizofrénico no debe ser, a mi juicio, tomado como un insulto y tampoco como una caracterización de una actitud política.
El ministro Fernando Londoño no es esquizofrénico. Si su interés es caracterizarlo, puede usar formas que no comprometan ni agredan a quienes realmente sí lo son. La caracterización debió haber sido mucho más justa. Sobre todo con los esquizofrénicos.
No es esquizofrénico
Por: Pablo Zuleta González