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NO SE LESIONO EL PATRIMONIO PUBLICO

7 de diciembre de 1998

En su última edición SEMANA publicó el artículo 'Juego sucio', referente a supuestos anónimos encaminados, según esa revista, "a descalificar al Fiscal General..." y relacionados con la licitación de radio que me correspondió adjudicar como ministro de Comunicaciones de la anterior administración. Aunque por principio ético, no suelo opinar sobre informaciones surgidas de documentos de origen desconocido, debo, en primer lugar, rechazar con firmeza hechos como este que, inspirado en anónimos, crean desconcierto y mal ambiente en una institución tan respetable como lo es la Fiscalía.
En segundo lugar, como tal artículo trata aspectos puntuales del proceso licitatorio mencionado, deseo referirme a ellos con el solo propósito de hacer claridad:
En relación con la respuesta del señor Mario Alfonso Escobar, nunca me reuní, ni hablé con él. Y, con el doctor RodriGo Villamizar, conversamos sobre el tema una vez.
Aunque la publicación afirma: "el Ministro de Comunicaciones podía legalmente adjudicar a dedo", ninguna de las 81 emisoras se asignó a dedo. El ex ministro José Fernando Bautista, quien firmó 80 contratos (solo falta el del señor Escobar) declaró ante la Fiscalía, con respecto a esta emisora: "En cuanto a la decisión del ex ministro Arboleda, en este caso específico, no se advierte irregularidad dentro de lo que al Ministerio de Comunicaciones le compete examinar". Ahora bien, insisto en que el ex ministro Villamizar no cometió ningún delito al recomendar la propuesta del señor Escobar, máxime si se tiene en cuenta que en ese entonces el doctor Villamizar actuó como particular, pues estaba en uso de licencia para someterse a una delicada intervención quirúrgica en el exterior.
Con respecto a lo que afirma el artículo en el sentido de que "...de ser ciertos los anónimos, Villamizar y Arboleda habrían podido recusar al Fiscal". En mi caso no lo recusé porque creo que él tampoco cometió delito alguno.
Por lo demás, los resultados de la investigación dejan en claro que con la adjudicación al señor Escobar, no se lesionó el patrimonio público ni hubo enriquecimiento propio o de terceros. Solo se me acusa de que adjudiqué esa emisora porque me la recomendaron y no porque era la mejor, como está demostrado, porque fue la que mayor satisfizo el interés público de cumplir un servicio óptimo de radiodifusión a la comunidad.
Finalmente, reitero mi inocencia y mi confianza en la justicia colombiana.
Saulo Arboleda Gómez
Bogotá

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