Pasar por izquierdista

En el último número de su revista (961) ustedes invitan a opinar sobre la necesidad de la derecha y la izquierda en Colombia. Realmente pienso que ese es un debate obsoleto, más de escritorio y académico que tocante con nuestra realidad actual.

La izquierda se acabó porque también se acabaron las ideologías y los líderes que las sustentaban. Los pocos izquierdistas que quedan son más bien de ‘pose’. Pasar por izquierdista da un cierto aire de intelectualidad.

Antes uno pensaba que los guerrilleros eran de izquierda. Pero si se observa al ELN dando tumbos, sin saber qué es lo que quiere, uno lo descarta como ejemplo a seguir.

¿Y las Farc? Las Farc andan obsesionadas por el poder pero no tienen ni idea para qué. No sé si algún colombiano conoce el programa de gobierno de ese grupo subversivo. Por mi parte lo único que he oído es del afán de desquite, que ya lleva casi medio siglo, de Manuel Marulanda por las gallinitas y marranitos que le quitaron.

Antes uno admiraba la sensibilidad social —una característica de izquierda— de los dirigentes sindicales. Desafortunadamente siguen con el mismo discurso de hace 20 años, eludiendo responsabilidades y exigiendo sacrificios a los demás.

Parece, entonces, aunque no lo queramos admitir, que todos somos de derecha —a lo mejor por eso anda mal este país— y creo que en eso coinciden Plinio Apuleyo y Antonio Caballero. ¿Qué queda entonces? Pienso que olvidarse de esos rótulos y ser pragmáticos; simplemente tratar de acogerse a los más capaces y honestos (aunque suene a frase de cajón).