Home

Cartas

Artículo

Por los jóvenes

Es impresionante cómo en la revista #959 está, sin quererlo, tan ligada a los jóvenes.

Jorge Eduardo Castro
30 de octubre de 2000

Es impresionante cómo en la revista #959 está, sin quererlo, tan ligada a los jóvenes. La columna ‘La clase dirigente’ de Hernando Gómez Buendía termina con la necesidad de cambio cultural y como todo cambio cultural se necesita que agentes en proceso de absorción de valores lo produzcan. En el ‘Sube y baja’ Shakira de 23 años, nos muestra el talento de nuestra generación y que pide pista. El comandante ‘Julián Cabir’, un sardino al que le gustan las colegialas, y que les roba a las Farc-EP. La reforma militar un ajuste a las reglas para los militares jóvenes, libre nombramiento y remoción aunque con remedo de pensión, igual que cualquier otro empleo para jóvenes. El análisis de los acontecimientos de la Nacional, frustraciones de jóvenes unas pagadas con sangre y las otras con aislamiento. Eduardo Mestre, cuchacho que quiere reencaucharse para hacer parte del movimiento estudiantil. El voto en línea, una transformación política de una generación que se relaciona mejor con pantallas que con personas. La pesadilla del sexo como producto de exportación de jovencitas colombianas cuya única opción profesional es la más antigua del mundo. Un hombre que tuvo éxito porque su abuelo a los 18 años le entregó una carta que le marcó la vida. Una reforma tributaria que comprueba que la fiesta de los viejos la vamos a pagar los jóvenes. La dolarización en Ecuador, un obstáculo a la integración latinoamericana, necesidad histórica de nuestra generación.

Tantos artículos que relatan las dificultades de una generación. Por eso cuando para el ejercicio de la democracia ustedes nos recuerdan el elogio a la dificultad es triste que enfoquen el tema de las apuestas juveniles como sólo “la ilusión al poder”. En esa misma revista se vislumbra que más que la ilusión al poder es la necesidad. Y más que el sueño romántico de un mundo feliz, los jóvenes tenemos la necesidad de abrirnos espacio para que Colombia no sea Angola.

Noticias Destacadas