Querido soldado:

Espero que cuando lea esta nota se encuentre bien, en ejercicio de su valiosa actividad, para nuestra Colombia y, desde luego, por los nuestros. Déjeme darle las gracias por su labor porque aun cuando en varias ocasiones es muy difícil y dan ganas de salir corriendo, uno lo piensa que vale la pena por este país. Unos pocos no le van a quitar la alegría, belleza y calidad que lo caracteriza. Igualmente se lo digo porque soy socorrista y he estado en varias 'misiones' al servicio de gentes que lo necesiten.

Amigo un abrazo cálido, y aunque no esté cerca de su familia, sí tiene gente que los recuerda y les desea mucha suerte! ¡Que Dios los bendiga!

Juan Francisco Rodríguez

Medellín