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Se la devoró

19 de febrero de 2006

Como regalo de Navidad recibí en enero la edición #1.232. Maravillosa. Me la devoré. Vivo en San Agustín, Florida. La razón es familiar “se debe vivir donde se tiene el corazón”. (El amor a mi hija y mis dos nietas). Maravillosas las fotos de los jóvenes Lara, Galán y Gaviria. Rodrigo se ve primoroso en camisa rosada, debe comprarse otra media docena. Juan Manuel realza su elegancia y su sencillez en camisa blanca y a Simón lo viste muy bien la blanca; que le eche llave al clóset y esconda la llave, no sea que le aparezca allí colgada la roja.
Gratos e ingratos recuerdos de la historia política de Colombia guardo de mi juventud. Asistir a las reuniones del Directorio Conservador en mi hogar en Caldas, Antioquia, presididas por el doctor Carmona Santa. Otra, la entrega de un ramo de flores a doña Bertha Hernández de Ospina Pérez en la plaza del mismo municipio. Aún conmueven mis sentimientos los ingratos y dolorosos. Ver las cenizas del periódico La Defensa de Medellín, el 10 de abril de 1948, lo mismo de los incendios de Rionegro, municipio en el cual presté mi año rural. Volver a Colombia es el deseo constante de todo colombiano.
 
Consuelo Jaramillo
San Agustín (Estados Unidos)

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