Un reconocimiento a todos

Con preocupación leí el artículo 'La generación del sándwich', en la edición #1.154 de la revista. Hay una superficial lectura de lo que se llama "generación de gregarios" o "generación perdida", para referirse a los escritores "posboom". Lo más preocupante de todo es el inicio del artículo, con un entrecomillado de un tipo que se reclama escritor, un tal Efraím Medina, quien sufre de onanismo literario, tanto por los títulos de sus libros (Técnicas de masturbación de Batman y Robin), como por creerse el autor que abrió las puertas al siglo XXI, él solo, desconociendo no sólo a esa generación 'perdida' sino a los demás autores actuales. Recalco: él solo, como si fuera un adolescente encerrado en un cuartico, o un condenado a cinco cadenas perpetuas, y rodeado de revistas de dudosa calidad literaria, aunque sí llenas de generosas ilustraciones.

Un reconocimiento a todos los escritores, muchos de los cuales no fueron mencionados en el artículo (entiendo las dificultades del espacio, etc.), y una pública descalificación a ese tipo que descubrió alguna efectiva fórmula comercial para vender sus libros, pero que no domina el arte de comunicarse, el que parte del reconocimiento del otro (de los otros) y del respeto por todos.