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UNA SERIA Y FRATERNAL AMISTAD

17 de marzo de 1997

Como actual suscriptor, lector y admirador de la fase inicial de la revista, expreso mi inconformidad con el artículo: '¿Cárcel o presidencia?' que aparece en edición #770 con el subtítulo 'El silencio de Medina'.Durante varios años he guardado silencio frente a improperios como el que allí se repite, porque soy respetuoso del 'secreto profesional', pero ustedes y yo sabemos que la verdad verdadera sobre el llamado proceso 8.000 no se ha dicho. No he ocultado en ningún momento mi personal amistad con un hombre admirable, íntegro, honesto y valeroso, como lo es el doctor Horacio Serpa Uribe, quien ha revivido valores humanos caídos en desuso en mi país como la 'lealtad'; relación humana de la cual me enorgullezco, y que algunos medios de comunicación tratan de convertir en delito. Pero ello no puede llevar a nadie en el supuesto nombre de la libertad de prensa a confundir una seria y fraternal amistad con las actuaciones profesionales en un caso encomendado en el marco judicial. Sea la oportunidad para aclarar de manera enfática, que como bien lo sabe mi ex procurado, el actual Ministro del Interior no tuvo absolutamente nada que ver en la 'selección' de "el abogado que habían escogido para asesorar a Medina". Lo que sucede, es que en el país la libertad de prensa se ha confundido con el libertinaje, para enlodar el buen nombre y la honestidad de las personas, siendo ya tiempo de corregir tan nefasta actitud.Ernesto Amézquita CamachoBogotá

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