Crónica del día | Giro de Italia 2021: ¡Gracias Egan!

Tres veces había llegado el Giro de Italia a Rocca di Campo, en la región de ‘L’Aquila. La primera de ellas en 1965, cuando ganó el italiano Luciano Galpa, quien ese día se puso de líder de la competencia, aunque el campeón terminaría siendo Vittorio Adorni.

También subieron a la estación invernal en 1966, y ganó el alemán Rudi Altig. El español Julio Jiménez era el líder, pero perdió el ‘Senza Fine’ con Gianni Motta.

En 1968 se subió por tercera vez, con victoria de Luis Pedro Santamarina, de España. Eddy Merckx, ‘El caníbal’, fue el campeón indiscutido de aquella edición.

Hoy se arribó por cuarta ocasión a ese hermoso paraje invernal, donde las montañas son del color del olivo, y por sus cuestas bajan hilos de nieve que son como cabellos de anciano, blancos y dispersos.

Quien haya ido a Campo Felice, ese valle animado por un pequeño lago y que se mantiene colmado de caravanas de turistas y viajeros un tanto montaraces, sabrá que, en cada curva, se abren a la vista paisajes de soberbia hermosura. Manchones verdes y amarillos salpicados de pequeñas flores lilas y rojas que crecen de forma silvestre en esas montañas gobernadas por ciervos, zorros y águilas.

Hasta allá subió Egan Bernal con la fuerza de una cabra montesa, custodiado siempre por sus compañeros del Ineos: Puccio, Castroviejo, Ganna, Moscon y, sobre todo, Dani Martínez. Subió dándose tumbos con los corredores del Deceuninck, quienes llevaban en andas a su capitán, Remco Evenepoel, acostumbrado a finales en tierra por sus años gloriosos en el ciclomontañismo.

Egan también tenía un pasado en el MTB, y recordó cada travesía que hizo cuando llegó a ser uno de los mejores del mundo, atacando cada curva con la fuerza de sus pantorrillas y acelerando cuando ya sus rivales no tenían la gasolina suficiente para responder.

El día estuvo marcado por las fugas, pero ninguna de ellas tuvo licencia hasta que, tras dejar el alto de ‘Forca Caruso’, religiosos de las aventuras como Mader, Bouchard, Mollema, Visconti, Kangert y Ulissi, entre otros, lograron abrir hueco y soñar con la victoria.

También lo intentó Einer Rubio, un par de veces, pero luego su equipo, Movistar, lo llamó para que ayudara a Marc Soler, hundido en la batalla entre Remco y Egan.

Bouchard fue el más fuerte de los escapados, y a punto estuvo de quedarse con la victoria, pero Egan venía como toro en embestida y lo pasó de largo en el terreno de tierra, que hacía recordar las faenas de la Strade Bianche.

Egan fue tirado hasta casi el final por Gianni Moscon, y luego hizo un solo de potencia hasta la meta, donde lo esperaba su equipo, y su novia, María Fernanda, con quien se fundió en un amoroso abrazo. Fue, aquella, otra declaración de amor, en forma de beso, en el Campo Felice.

El colombiano ganó la etapa y se puso de líder. El único que pudo responderle fue Giulio Ciccone, del Trek. Tercero pasó el ruso Vlasov, del Astana y, el gran rival, Remco Evenepoel, terminó cuarto.

Una jornada épica para Colombia.