La relación de los medios de comunicación y Donald Trump no ha sido la mejor. Pero esta vez la reacción del magnate sorprendió. Cuando el periodista de la CBS John Dickerson le preguntó sobre la grave acusación que en repetidas ocasiones hizo al asegurar que el expresidente Barack Obama intervino su teléfono antes de la victoria, Trump empezó a contestar de forma ambigua. En esta ocasión no negó sus palabras sino se limitó a decir: Deberíamos averiguar qué diablos es lo que está pasando. Pero cuando el periodista quiso ahondar en sus argumentos el presidente de forma tajante le dijo que no tenía que preguntarle a él, que era una cuestión de opiniones. Al ver que el reportero no cesaba de indagar Trump cortó la conversación y se dirigió a su escritorio en la Oficina Oval. Un día antes del incidente Sean Spicer, portavoz de la Casa Blanca, aseguró en Fox que “muchas veces, la cobertura (al presidente) es injusta. Asumen hechos, trazan narrativas que no son ciertas”.