El Gobierno nacional hizo un acuerdo con el partido de La U y los conservadores en torno al texto de la reforma a la salud. Alfredo Mondragón, coordinador ponente de la reforma, dijo que existe un acuerdo en lo fundamental, pero Alejandro Gaviria, exministro de Educación que salió por sus reparos frente a la iniciativa del Ejecutivo, opina que las modificaciones pueden resultar en un “Frankenstein”.
“Se acaba la intermediación financiera. O sea, el manejo de los recursos públicos por parte de las EPS privadas que los han embolatado. No habrá imposición de autorizaciones, que en las EPS se daban como unas barreras de acceso para la atención en salud. Se acaba la integración vertical, es decir, el negociazo que hay entre las EPS y las IPS, esas ultrapoderosas. Además, se consolidará el giro directo por el pagador único, que es la Adres. Es decir, se pagará directamente a clínicas y hospitales”, explicó el representante Mondragón.
Para Gaviria, las explicaciones de Mondragón no tienen sentido entre sí, dado que no se especifica de qué forma actuarán las EPS y qué rol cumplirá la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres).
“¿Se acaba la integración vertical, pero las EPS pueden en todo caso prestar servicios? ¿La Adres hace giro directo, pero será también ordenadora de gasto? ¿Existirá un sistema público que compita con el privado? ¿Podría salir de todo esto un Frankenstein?”, cuestionó el exministro de Educación.
Desde su salida del gabinete, el exministro utiliza su cuenta de Twitter y su blog personal para expresar los reparos que antes discutía a puerta cerrada.