Comparación impropia

25 de agosto de 2007

El viernes pasado, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, sorprendió cuando comparó las gestiones que pensaba hacer para que dejaran en libertad a Íngrid Betancourt, con las que había hecho para liberar a las enfermeras búlgaras que habían sido condenadas a muerte en Libia. La comparación no es del todo afortunada pues, como se recordará, días después de la liberación de las búlgaras explotó un escándalo cuando se reveló que apenas se llegó a un acuerdo, se aprobó la venta de armas al gobierno libio de Muamar Gadafi por 405 millones de dólares. La transacción fue interpretada por los críticos como un pago de rescate.