EL CASO JACOME

4 de abril de 1988

El gobierno colombiano jugó un papel fundamental en la sentencia absolutoria de Gustavo Jácome Lemus. Por un lado, hubo carta personal del presidente Barco recién posesionado, a Felipe González, en la cual le pedia que interviniera en el caso para agilizar el proceso. Por el otro, y a petición del embajador de Colombia en España, Pedro Gómez Valderrama, también hubo una llamada personal del ex presidente Betancur a González, para solicitarle el mismo favor. Esta segunda llamada fue clave, pues el hecho de que el gobierno colombiano hubiera destituido de su cargo a Jácome en Madrid, fue tomada por la justicia española como indicio grave sobre su culpabilidad. El gobierno colombiano contrató en la última etapa del proceso al abogado español Gonzalo Rodríguez Mourullo, quien hizo una brillante defensa. Los anteriores abogados de Jácome no habían asumido el caso con mucho interés, pero sí habían logrado cobrarle honorarios que superaban los 7 millones de pesetas.