EL PESO DE LA COSTUMBRE

31 de agosto de 1992

Varios ministros del despacho asistieron al debate que el Senado le hizo la semana pasada al Gobierno por la fuga de Pablo Escobar. En una de las plenarias hubo una propuesta de un parlamentario para que la corporación se declarara en sesión permanente debido a que ya estaba vencido el plazo que obligaba a ordenar levantar la reunión. El presidente del Senado, José Blackburn, les preguntó a los senadores si estaban de acuerdo, y para sorpresa de todos la primera persona que golpeó con la mano la curul en señal afirmativa fue el ministro de Comunicaciones, William Jaramillo, traicionado por su subconsciente después de tantos años como parlamentario.