FALSA ALARMA

7 de octubre de 1991

La semana pasada los diferentes medios de comunicación divulgaron una serie de noticias sobre el caso Glottmann-Icasa, que llamaron la atención. Concretamente, se decía que se habían encontrado en una casa de Facatativá todos los computadores y sistemas de la firma Icasa y, de otra parte, que se había descubierto un nuevo apartamento en la zona de Chapinero, en Bogotá, desde donde se manejaban las captaciones extrabancarias. Al final se pudo establecer que lo único que había detrás de las noticias era afán de protagonismo de la juez volante de Instrucción Criminal, encargada del caso. El funcionario de Icasa que tenía los computadores en su casa se lo había informado desde el principio a las autoridades, explicándoles que la razón de esto era evitar quedarse sin la información en caso de que los empleados de la compañía se fueran a la huelga. La existencia del apartamento de Chapinero era igualmente conocida, y si la juez hubiera llegado dos horas antes se hubiera encontrado ahí con los funcionarios de la Superintendencia Bancaria.