Germán Vargas

EDICIÓN IMPRESA

Lo que se hereda…

27 de febrero de 2016

Germán Vargas tiene algo en común con su abuelo. Al presidente Carlos Lleras Restrepo le gustó toda la vida echarse sus tragos. Sin embargo, desde el día en que se posesionó como presidente nunca volvió a probar una gota de alcohol hasta que se retiró del poder. Se impuso la regla del jugo de guayaba, que se convirtió en uno de los símbolos de ese cuatrienio, pero se dijo que la abstinencia lo volvió más gruñón. El vicepresidente, después de su operación, dejó no solo el trago sino los dos paquetes de cigarrillos que se fumaba al día. Quienes lo han visitado afirman que se ve más flaco y más sano que antes, pero no menos malgeniado.