LOBBY PRESIDENCIAL

3 de mayo de 1999

Para nadie es un secreto que el vicepresidente Gustavo Bell y el canciller Guillermo
Fernández de Soto se la jugaron a fondo para lograr la reelección de César Gaviria en la OEA, que hoy ya es
un hecho. Lo que nadie sabe es que el propio presidente Andrés Pastrana llamó a cada uno de sus colegas
de la región hasta lograr el apoyo necesario. Ese gesto fue fundamental para que se precipitara la
renuncia la semana pasada del candidato costarricense Rafael Angel Calderón.