LONDOÑO, LA OEA Y PANAMA

10 de julio de 1989

En la reunión del grupo de cancilleres de la OEA convocada para recibir el informe de los comisionados que viajaron a Panamá para buscar fórmulas de solución a la crisis política que vive ese país, se vieron algunas escenas ineditas. Según quienes asistieron, el peso de Colombia en las gestiones fue tan grande, que por primera vez en la historia los grandes jerarcas del Departamento de Estado norteamericano debieron buscar cita con el canciller Julio Londoño y sujetarse a los horarios de este. Pero, además, la embajada de Colombia en Washington se convirtió, por unas horas, en centro de atención del público norteamericano con las cadenas de televisión y radio a la espera de noticias y hasta una manifestación de opositores a Noriega en sus puertas. La residencia del embajador Victor Mosquera Chaux se vio literalmente tomada por los cancilleres en una reunión previa que duró 26 horas, en la que el canciller Londoño sorteó las posiciones divergentes, logro que Estados Unidos desistiera de un proyecto de resolución que declaraba ganador al candidato opositor Guillermo Endara y mantuvo la cohesión de la OEA, vital para el éxito de las negociaciones.