Te lo agradezco, pero no

Antes de morir, Hugo Chávez en una de sus visitas a Santa Marta se encontró con la directora de la Quinta de San Pedro Alejandrino, Sara Abello.

13 de abril de 2013

Antes de morir, Hugo Chávez en una de sus visitas a Santa Marta se encontró con la directora de la Quinta de San Pedro Alejandrino, Sara Abello. Esta le manifestó que su sueño era un centro de convenciones en ese patrimonio histórico, pero que esto era difícil pues costaba millones de dólares. Para su sorpresa, el presidente venezolano le contestó que él estaba de acuerdo con que se le diera la máxima importancia al sitio donde había muerto el libertador. Días después, Chávez giró un cheque por la mitad de la cifra que se había calculado en la conversación. El giro no venía de una cuenta oficial del gobierno venezolano, sino de una cuenta común y corriente. La doctora Abello, una de las personalidades más respetadas del departamento, consciente de que unas platas de ese monto no se pueden manejar en forma informal y de que un regalo del presidente venezolano no era neutral políticamente, agradeció el ofrecimiento y devolvió el giro.