Viejas heridas

29 de agosto de 2004

La semana pasada el ex presidente Ernesto Samper ofreció un almuerzo en el Jockey Club para reencontrarse con varios representantes del mundo político y periodístico. Durante la reunión se habló sobre lo divino y lo humano, pero lo que más llamó la atención fue cuando le preguntaron qué rencores le quedaban del proceso 8.000. Respondió que se consideraba a paz y salvo con todos sus enemigos a excepción de tres: Mauricio Vargas, Julio Sánchez y María Isabel Rueda.