Votos inviolables en el Congreso

Yesid Reyes, en su columna en El Espectador, asustó a los parlamentarios que querían votar a favor de las objeciones a la JEP con el argumento de que podrían incurrir en fraude a resolución judicial, un delito con pena de cárcel. Algo parecido sucedió en 1996, cuando la sala penal de la Corte Suprema de Justicia amenazó con imputar cargos de prevaricato a los parlamentarios que habían votado para salvar a Ernesto Samper durante el proceso 8.000. Viviane Morales, quien era uno de ellos, ganó una tutela ante la Corte Constitucional al invocar la inviolabilidad del voto de los congresistas. A Yesid Reyes se le olvidó esa sentencia.