Hábitos de consumo inteligentes para mejorar sus finanzas personales.

CONSUMO

6 hábitos de consumo inteligente para gastar menos

Un paso importante al controlar las finanzas personales es mejorar sus hábitos de consumo, que pueden ayudarle a ahorrar más. Estos son algunos consejos.

7 de octubre de 2020

El consumo responsable e inteligentes es un factor fundamental cuando se trata de finanzas personales y este concepto cada vez toma más relevancia en un mundo que está en constante cambio, en el que no sabemos qué puede pasar mañana y en el que debemos estar preparados. 

El consumo inteligente va más allá de simplemente buscar el precio más bajo. Se trata de tener la capacidad de tomar buenas decisiones cada vez que optamos por adquirir un producto o un servicio. 

Los buenos hábitos de gasto le impiden pagar de más por un artículo, gastar demasiado de su presupuesto mensual en salidas o comprar por impulso algún artículo que realmente no necesita. 

Pequeños cambios en los hábitos de consumo pueden significar grandes mejoras en sus finanzas personales, principalmente en los montos que ahorra mes a mes, lo que lo puede conducir a invertir más y aumentar su patrimonio. 

Estos son 6 hábitos de consumo inteligente para gastar menos.

1. Aprenda a diferenciar sus deseos de sus necesidades

Hay ciertos gastos básicos que debemos hacer para satisfacer nuestras necesidades, como comprar los alimentos, pagar el arriendo, los servicios, el transporte, etc. Sin embargo, la industria se ha dedicado a crearnos “necesidades”, como comprar un televisor, comprar ropa cada vez que hay una nueva colección o comprar un carro. 

Lo cierto es que debemos diferenciar las cosas que realmente necesitamos de las que no, para no gastar en lo innecesario. 

Esto no significa que no se pueda dar un lujo de vez en cuando, pero no debe ser un hábito comprar artículos innecesarios. 

2. Piense en los beneficios e inconvenientes de realizar cada compra

Muchas de las compras que hacemos son impulsivas. Si bien esto no es tan grave cuando se trata de comprar snacks en una máquina expendedora, se convierte en un problema cuando son gastos más grandes. 

Antes de comprar algo, piense en cómo le afectará en el futuro ¿cuánto tiempo va a durar ese producto? ¿Se va a endeudar? ¿Vale la pena el valor que obtendrá de él durante su vida útil? ¿Realmente lo necesita?

Estas son preguntas que puede utilizar para determinar si realmente vale la pena comprar algo.

3. Solo compre con tarjeta de crédito si está seguro de poder pagar

Las tarjetas de crédito no son necesariamente malas para sus finanzas. Después de todo, son convenientes para ciertas compras. 

Sin embargo, solo debe gastar dinero con su tarjeta de crédito si puede pagarlo por completo al final del mes, recordando que es mejor no diferir el saldo a varias cuotas. 

Si cancela el saldo de su tarjeta de crédito cada mes, no incurrirá en ningún cargo por intereses, por lo que será lo mismo que pagar en efectivo. De no ser así, el interés acumulado puede salirse rápidamente de control.

4. No trate de impresionar a los demás

Muchas personas gastan demasiado dinero simplemente tratando de mantener una imagen. Desde autos elegantes hasta ropa de marca, mucho de lo que compramos tiene más que ver con impresionar a los demás que con comprar algo que realmente necesitamos, queremos y disfrutamos.

Sin embargo, "mantenerse al día con los vecinos" es una búsqueda costosa e innecesaria. Compre las cosas que disfruta y no caiga presa de la sensación de que tiene que gastar dinero para impresionar a los demás.

5. Tenga una lista de compras

Aunque no lo crea, la industria de los alimentos tiene todo un esquema de publicidad y marketing que puede llevarlo a comprar más de lo que necesita, por eso, tener una lista de compras puede ayudarlo a no gastar de más. 

6. Evite comprar en momentos de tensión emocional

Estar triste, estresado o demasiado feliz pueden hacer que compre de manera impulsiva, por ello, no sólo es importante aprender a controlar nuestras decisiones, sino saber que las compras se deben hacer con la cabeza fría. Aún más cuando se trata de grandes sumas de dinero.