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CONSUMO

5 formas de reducir nuestra huella de carbono en el año que comienza

Pequeñas acciones, que no implican un gran compromiso ambiental, pueden ayudar a mejorar la salud del planeta.

14 de enero de 2015

Desenchufar los vampiros de energía


Los dispositivos electrónicos que cuentan con el modo “stand by”, se encuentran silenciosamente succionando energía eléctrica a cada segundo. Se estima que los electrodomésticos que tienen habilitada esta característica aumentan cerca de un 20 por ciento el consumo de energía eléctrica en un hogar promedio. Una primera, y gran, contribución para reducir nuestra huella de carbono y de paso ahorrarse un buen dinero es asegurarse que cargadores, equipos de sonido, decodificadores y otros electrodomésticos estén desenchufados cuando no se estén utilizando. 


Comprar alimentos producidos localmente


Se estima que el consumo de alimentos importados en países europeos y norteamericanos, que por lo general no son productores,  genera once veces más dióxido de carbono que los productos regionales. Consumir productos nacionales reduce la huella de carbono y de paso contribuye al crecimiento de la economía local. (Vea: El daño ambiental de los alimentos transportados por avión)


Decidirse por las bolsas ecológicas


Al hacer compras en pequeños supermercados el llevar una bolsa reutilizable de tela u otro material, logra que el desperdicio de los hogares sea menor y de paso se reduce el impacto del plástico en los océanos. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) cada año se arroja entre 10 y 20 millones de toneladas de residuos plásticos a los océanos, estos constituyen una gran amenaza para la vida marina que paradójicamente sustenta la vida de millones de personas. También, se calcula que el costo económico anual de estos residuos llega a los 13.000 millones de dólares. (Vea: California aprueba la prohibición de bolsas de plástico)

Cambiar las luces


Desde hace más de dos años en Colombia es prohibido utilizar bombillos incandescentes tradicionales. Sin embargo, en instalaciones que requieren el uso de los bombillos llamados ‘ojos de buey’ el ahorro de energía es mínimo. Si el ahorro con un bombillo ahorrador tradicional es de cerca del 30 por ciento con los bombillos LED el ahorro anual de energía puede llegar al 50 por ciento. También, hay que tener en cuenta que una vez que los bombillos ahorradores cumplen su ciclo de vida no deben ser arrojados a la basura tradicional sino que deben ser tratados de manera distinta por esta razón desde el 2012 el Ministerio de Ambiente lanzó una campaña para recolectar bombillos inservibles en más de 100 almacenes de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. (Ver: Nobel de Física para los inventores de la luz respetuosa del medio ambiente)


Cambiar de medio de transporte


Decantarse por la bicicleta es una opción, pero si bien su uso ha aumentado en ciudades como Bogotá, la inseguridad y la infraestructura todavía no permiten que el aumento vaya más allá del 4 por ciento. Ante esto una de las alternativas para quienes tienen automóviles es tener a estos en el mejor estado posible ya que un carro con el mantenimiento adecuado lograra disminuir sus emisiones de gases de efecto invernadero considerablemente. (Vea: "Bogotá era un buen ejemplo de movilidad pero no se logró mantener")