El C4 recibe, en promedio, entre 25.000 y 30.000 llamadas diarias. | Foto: Semana

EMERGENCIAS

Así es el nuevo centro de seguridad de Bogotá

El C4, que ahora reúne a todas las entidades encargadas de la atención de emergencias de la ciudad, ha facilitado la comunicación y los procesos de atención al ciudadano.

15 de julio de 2019

Jesús Galindo es ‘operador del número único de seguridad y emergencias’, conocido como Línea 123, desde hace cinco años. Como él, más de 35 operadores trabajan en cuatro turnos las 24 horas de todos los días del año, recibiendo las denuncias y avisos que dan los bogotanos. Todos llegan a la sala unificada de recepción en el primer piso del Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo de Bogotá, (C4).

En esta sala se ve la información en tiempo real del número de operarios ocupados, aquellos disponibles y las llamadas en espera. “Aquí llegan todas las denuncias por incidentes de seguridad y emergencias”, explica Ruberth Díaz, asesor operativo del C4. “Recibimos un promedio de 25.000 llamadas diarias, excepto los días de la madre o los 7 de diciembre, que son jornadas críticas y las cifras son mayores”.

Las entidades que desde su entrada en funcionamiento en 2016, agrupa la Alcaldía de Bogotá a través del C4 son: la Línea 123, el Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE), el Cuerpo de Bomberos, la Secretaría de Movilidad, el Instituto Distrital de Gestión del Riesgo y Cambio Climático (Idiger), la Policía de Bogotá y el Centro Automático de Despacho (CAD).

Como explica el director del C4, Carlos Camacho, una de las razones por las que se creó este centro fue que esta administración “identificó que había una desarticulación en la respuesta a los eventos de seguridad y emergencia”. Esto causaba una deficiencia en las medidas que se tomaban y no permitía tener “una información centralizada de la atención de incidentes de la ciudad”. El primer paso, naturalmente, fue reunir a todas estas entidades en un mismo edificio.

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El segundo paso fue la generación de los procedimientos y protocolos integrados entre las entidades”. A lo que se sumó el fortalecimiento de la plataforma tecnológica del C4 y un nuevo actor: el sistema de videovigilancia, pues otro de los problemas que disminuía la capacidad de reacción era “la baja efectividad en la denuncia porque, normalmente, no había forma de corroborar los hechos una vez la Policía llegaba al lugar”.

Aun si los policías no encuentran en flagrancia una denuncia, el sistema de cámaras puede registrar el hecho y guardarlo hasta por 90 días. Se planea, además, integrar los sistemas de video de colegios, TransMilenio y las casi 3.600 cámaras nuevas que está instalando el Distrito en la actualidad.

Camacho advierte que el fortalecimiento del C4 no depende exclusivamente de las cámaras, sino también de vincular a más instituciones, como la Fiscalía, para “solicitar una prueba en corto tiempo y que esté aquí oportunamente”. A esto se suma la intención de vincular el Centro de Comando con redes de apoyo como los miles de taxistas y vigilantes de la ciudad “que pueden ayudarnos a dar información inmediata de eventos, de forma que el C4 permita anticiparnos un poco y mejorar la atención al ciudadano”.

Hoy día, el número de llamadas se ha incrementado 30 por ciento con respecto a 2016, y las llamadas de broma o erradas cayeron del 12,1 por ciento al 5,5 por ciento. Esto no solo se debe a las mejoras en tecnología, sino al compromiso de personas como Jesús Galindo, quien está orgulloso de trabajar en el C4: “Uno queda satisfecho de salvar vidas atendiendo una llamada, mientras al otro lado de la línea ni se imaginan que quien los auxilia es una persona con discapacidad”.