Milena lleva trabajando seis años en los Bomberos de Bogotá y está estudiando para ser abogada. | Foto: Mateo Rueda Moya.

REPORTAJE

La Pola, una bombera bogotana

Ella es Milena Gayón, suboficial al mando de una de las máquinas de la Estación Caobos, al norte de Bogotá. Ella es heredera de dos generaciones de bomberos y de las emergencias que nunca faltan en la ciudad.

15 de julio de 2019

El profesor Julio César Garcés tuvo que acercar su carro a la acera porque un camión de bomberos estaba atendiendo una emergencia. Iba a dictar su clase de derecho en La Fundación Universitaria Los Libertadores. A primera vista no reconoció el pelo negro y largo de la bombera que manejaba. Pero volvió a mirar y se dio cuenta de que se trataba de Milena Gayón, una de sus estudiantes. Ella también lo miró.

“Hoy llego un poco tarde, profe”, le dijo Milena de ventana a ventana. Milena lleva seis años en los Bomberos de Bogotá. Pudo entrar a la entidad después de ocho años de procesos, trámites y, sobre todo, de mucha paciencia esperando los resultados en la Comisión Nacional del Servicio Civil.

Su abuelo, Policarpo Gayón, iba al colegio a recogerla en el carro de bomberos. A ella le encantaba cómo el uniforme generaba respeto entre sus amigos. Por su abuelo la llaman la Pola, y afirma que “el que quiera estar acá es porque quiere ayudar al otro”, como hizo toda la vida Policarpo

Su segundo modelo en la vida de los bomberos es su papá, Policarpo Gayón Ladino, un hombre que ha dedicado su vida a salvar personas y quien a los 23 años, en medio de una misión, sufrió un grave accidente que le quemó el 80 por ciento de su cuerpo y le dejó secuelas físicas y psicológicas.

En los seis años que lleva en la institución a Milena también le ha tocado afrontar momentos dolorosos y difíciles. El pasado diciembre una llamada a la Línea 123 alertó que un joven de 15 años estaba desaparecido y cuando el equipo de la Pola llegó descubrieron que el menor había caído y había muerto en una zanja. Ella tuvo que darle la noticia a la mamá. Gayon casi llora en ese momento, pues ella misma es madre de una niña, Paula Avella Gayón, que entonces tenía 15 años como el joven.

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Paula, que hoy tiene 16 años, cuenta que Milena colecciona cualquier curiosidad que tenga que ver con bomberos: carritos, pines, juguetes. Sin embargo, ella no heredóla pasión de su mamá por el oficio porque siente que hayque sacrificar mucho, como el tiempo con la familia, ypiensa que los horarios de trabajo acarrean estrés y fatiga.

Un estudio de la Fundación Ruderman Family, de 2018, reveló que en 2017 murieron, en general, más policías por suicidio que por atenderemergencias. La depresión y el Síndrome de Estrés Postraumático son las principales causas. Con estos antecedentes, la Dirección de Bomberos en Bogotá notó que los turnos de 24 horas o más –con poco espacio para el descanso– fomentaban un ambiente peligroso para los bomberos. Por esta razón implementó, desde el pasado febrero, un cambio en el sistema de turnos que “es el resultado de 12 años de luchas jurídicas en las que los uniformadospedían un cambio en su esquema laboral”, sostiene Pedro Manosalva, director de Bomberos de la ciudad capital.

Actualmente los bomberos hacen turnos de 12 horas cada día y se alternan las noches. Hoy tienen 48 horas de descanso. “Antes era resistente a estos cambios porqueestaba acostumbrada al otro sistema, pero he aprendido a utilizarlo y a coordinar mis espacios para poder compartircon mi hija”, cuenta Gayón. En las últimas semanas– confiesa–, ha ‘raptado’ a su hija del colegio para pasar más tiempo con ella. Gracias al nuevo horario, la Pola estudia de lunes a viernes, en la noche. Así se ha destacado como una bombera ejemplar en incendios forestales, como demuestra su colaboración en las emergencias de 2017 en Concepción,en Chile. Pero para ella esto es accesorio, el verdadero triunfo son las pequeñas cosas, como cuando un niño esperó horas a que terminara de apagar un incendio para agradecerle con un beso en la mejilla por rescatar asu perro de las llamas.

La Pola se ganó el cariño de la gente por querer ayudara los demás. Tal como lo hicieron su abuelo y su padre.