En Maripí donde quiera que uno mire siempre hay cultivos de caña de azucar para producir su reconocida panela. | Foto: Manuela Montañez

ANTETITULO

Un recorrido por la dulce Maripí, el reino de la panela en Boyacá

La producción de este derivado de la caña es la principal actividad económica de esta población. Aquí, además, se halla la única cancha sintética de fútbol del occidente del departamento.

6 de agosto de 2018

La caña de azúcar y sus imponentes paisajes son el principal motivo para visitar este territorio de paz y progreso. A través de la historia Maripí ha sido reconocido a nivel regional por ser uno de los mayores productores de miel y panela, gracias a la calidad y cantidad de estos productos. A diario, los campesinos conducen la caña hasta los trapiches artesanales y comunitarios de las veredas El Palmar y La Carrera y la transforman.

“Nuestra principal actividad económica es la producción de panela y por eso empezamos a tecnificarla”, explica Eduard Triana, el joven alcalde del municipio. Triana se ha caracterizado entre su comunidad por ser un líder doliente de las causas sociales. Por eso, el mandatario le ha apostado al fortalecimiento de la infancia y la adolescencia durante su periodo de gobierno, pues la considera fundamental para el desarrollo. Para lograrlo, ha promovido, en tan solo dos años, la construcción y mantenimiento de más de cinco obras de infraestructura con vocación deportiva, educativa, de vivienda y de accesibilidad vial, además del fortalecimiento de programas en atención a la niñez. En este campo, la cereza del pastel para los niños es una cancha sintética de fútbol. Está construida en un edificio que fue abandonado hace más de 20 años y que Triana recuperó y adaptó para darle vida a “la primera cancha de estas características en el occidente de Boyacá”. Su tamaño permite dividir el escenario para que dos equipos de fútbol de salón jueguen al tiempo y, aunque no la ha inaugurado, bromea con que ya hay jóvenes haciendo fila para entrar.

Pero, tal vez, la decisión más arriesgada de Triana tiene que ver con un sector olvidado y abandonado: la guaquería. Luego de fomentar en el municipio las buenas prácticas ambientales, la estabilidad laboral y evaluar la precaria situación de los guaqueros, Triana presentó ante empresas mineras y la comunidad una estrategia con la idea de solucionar un conflicto social que afectó en el pasado a más de 7.000 personas. Así nació el centro de acopio y aprovechamiento de estériles (tierra que sobra de la extracción minera) que, incluso, ha beneficiado a otros municipios de la provincia del occidente de Boyacá, donde también se desarrolla la minería de esmeraldas.

Lo anterior, bajo la condición de que no haya un solo episodio de violencia. “Esto le está cambiando la historia a los guaqueros”, afirma Triana, quien quiere dignificar la extracción artesanal de esmeraldas y que su modelo sea implementado en más municipios, lo que no está muy lejos de ser una realidad.