La empresa creó en 2012 la Fundación Corazón Andino para participar en obras en beneficio de la región. | Foto: CORTESÍA CARBONES ANDINOS

Pequeña y mediana minería

Minería hecha con técnica y corazón

La empresa colombiana Carbones Andinos hace uso de una planta lavadora de carbón ecoeficiente y desde 2012 lidera una fundación.

11 de agosto de 2017

Su especialidad es la producción de coque, a partir de la explotación de carbón metalúrgico. Su operación tiene sede en el encantador municipio de Samacá (Boyacá), debido a la calidad de sus productos, la tecnología usada y el esfuerzo de sus empleados, Carbones Andinos ha logrado ser competitiva en el mercado nacional e internacional. Desde 2010, exporta toda su producción a Centroamérica, Suramérica, Norteamérica y Europa, principalmente.

En 2010 la compañía generó una evolución en la producción de coque con la implementación de una planta lavadora de carbón ‘ecoeficiente’, que además de minimizar el impacto ambiental tiene índices positivos en los costos y la calidad de sus productos. La planta, de tecnología alemana, posibilita la circulación continua del 90 por ciento del agua, reutiliza los insumos allí implementados, impide que las cuencas principales de agua sean afectadas y mejora la calidad del carbón producido.

Además, en 2012 creó la Fundación Corazón Andino, organización que tiene el objetivo de institucionalizar, focalizar y participar en las necesidades de la región. Ha participado en obras de infraestructura, educación y recreación. En 2016 la fundación dio inicio a la estructuración de un proyecto de responsabilidad social que se enfoca en tres programas que están en proceso de implementación:

En primer lugar, se busca que las familias mineras logren altos niveles de desarrolo humano gracias a la formulación de un plan de vida cuyo sustento económico provenga de la minería, que les permita construir un futuro sólido que les genere alternativas ante la eventual sustitución tecnológica en las minas.

El segundo programa consiste en impulsar una economía comunitaria que aproveche al máximo el potencial de Samacá, aumente los ingresos y el ahorro familiar. Por ello la fundación busca fomentar prácticas comunitarias para generar economías más eficientes.

Y el tercer programa se enfoca en acabar con una problemática habitual del campo: todos siembran lo mismo, causando sobreoferta, poca demanda y, en consecuencia, la reducción de precios. Para solucionarlo es necesario un nuevo portafolio de productos para el consumidor.

Esta es una organización involucrada con la población minera y agricultora de Boyacá, que trabaja para impulsar el surgimiento de economías modernas que les den la oportunidad a nuevas generaciones de formarse para modernizar la tradición minera y agropecuaria, el ecoturismo y otros servicios.