Con el programa de educación de Drummond se han construido más de 630 aulas escolares, salones de laboratorio y salones de informática. | Foto: Cortesía Drummond

Gran minería

Acciones que cambian vidas

A través de estrategias robustas en beneficio de las comunidades, compañías como Drummond están tendiendo puentes sobre los abismos sociales que afectan a los municipios cercanos a su operación.

11 de agosto de 2017

Aunque muchos se refieren a Drummond como una multinacional exportadora de carbón, son los mismos funcionarios los que insisten en que ese rótulo es equivocado, “somos una compañía binacional” se les escucha decir, al destacar el papel que desempeña la empresa estadounidense en Colombia.

Con su llegada hace 20 años, las áreas comunitarias alrededor de la operación fueron encontrando alternativas económicas más allá del comercio interno. El municipio de La Jagua de Ibirico y los corregimientos de La Loma (en el municipio de El Paso), Rincón Hondo (en el municipio de Chiriguaná) y Casacará (en el municipio de Codazzi) vieron cómo la demanda de vivienda propia o de paso aumentaba.

Hubo una proliferación de hoteles y arrendamientos en los municipios aledaños a la operación de la mina. Argemiro González vivía en Barranquilla cuando aplicó para trabajar en Drummond. Tan pronto supo que había obtenido el empleo decidió arrendar una habitación en La Loma. “Es una ventaja, ahora trabajo más cerca de la mina y veo a mi familia durante cuatro días después de una semana”, dice.

Este tipo de iniciativas forman parte de una estrategia corporativa de ‘valor compartido’ alineada con los objetivos de desarrollo de las Naciones Unidas y con estándares internacionales como Bettercoal, entre otros instrumentos que permiten que Drummond organice sus acciones de responsabilidad social en cuatro pilares: Paz y Derechos Humanos, Fortalecimiento Institucional para el Desarrollo, Desempeño Ambiental y Desarrollo Económico Local para que a partir de la actividad empresarial se puedan dinamizar otros encadenamientos así no estén ligados a la cadena de valor de la compañía.

Su éxito ha implicado fortalecer la raíz de las comunidades cercanas, es decir, garantizar su educación. Con el programa de becas, la compañía premia la excelencia académica de los estratos 0, 1 y 2 de los municipios del área de influencia. Los dos mejores bachilleres de cada colegio público de los municipios mineros del Cesar y los dos mejores de los municipios cercanos a la operación portuaria en Ciénaga, Magdalena, obtienen, por medio de dos convenios, el ciento por ciento de la matrícula universitaria y los gastos de manutención. Desde 2009, el programa ha beneficiado a 102 estudiantes, contando cuatro becas más que se entregan en el área de influencia de la mina de El Descanso.

Uno de esos jóvenes es Jacobo Gutiérrez, ingeniero de minas de 26 años egresado de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Uptc) de Sogamoso. Aunque nació en Barranquilla, su familia se trasladó pronto a La Jagua, municipio cesarense dentro del área de influencia de Drummond.

Cuando lo llamaron para decirle que era el ganador de la beca ya había pagado el primer semestre y dos meses de manutención. Drummond le reintegró ese dinero y aportó el resto durante la carrera. Gutiérrez dice que la gestión humana de la compañía fue fundamental, “no solo es el respaldo económico, también hay un acompañamiento moral porque te están llamando todo el tiempo para saber cómo estás”. Hoy está casado, tiene una hija y con el trabajo no solo le ayuda a su mamá, también aporta para la educación de su hermano menor.

Así mismo, los sectores salud, recreación, emprendimiento e infraestructura están articulados con los planes de desarrollo de los entes territoriales. De esa unión salió un programa de recuperación de tejido social: forman hijos de pescadores para reparar motores fuera de borda y para la fabricación de botes en fibra de vidrio.

A las madres cabezas de hogar de los municipios más pobres cercanos a la operación portuaria llegan con emprendimientos basados en el negocio de la belleza y el cuidado de la piel. Herramientas como estas hacen parte de esa estrategia que busca conectar a los menos favorecidos con posibilidades sociales de mayor alcance. Como dice Juan Arteaga, gerente de Responsabilidad Social Corporativa, “cuando la excepción es una empresa que cumple con todos los parámetros legales de operación, todo el mundo quiere trabajar ahí”.