Algunos de los pueblos que vale la pena visitar en Boyacá son: Sogamoso (foto), Iza, y Monguí. | Foto: Santiago Escobar-Jaramillo / SEMANA

Pequeña y mediana minería

Sugamuxi, los paisajes de la minería

Esta provincia es la prueba de que la actividad extractiva y el turismo pueden no solo convivir sino potencializar un territorio.

11 de agosto de 2017

El corredor industrial de Boyacá está ubicado en pleno corazón de la provincia de Sugamuxi, cuya ciudad más importante es Sogamoso, un municipio de 120.000 habitantes. En torno a ese centro urbano se encuentran las líneas de los ferrocarriles privados que nutren a las factorías y un aeropuerto comercial para aeronaves pequeñas que conecta con departamentos como Casanare, Arauca, parte de Santander y Cundinamarca.

Sogamoso, la segunda ciudad del departamento, está a tres horas largas de Bogotá, en medio de un paisaje en el que montañas de puro hueso de roca expelen altos chorros de un polvo blanco que parece humo. Estos chorros salen de unos entables poco menos que artesanales a los que se llega por caminos pellizcados en la pendiente. Se trata de las minas de cal de donde se extrae la materia prima para fabricar fertilizantes.

Iza (Boyacá).

Casi frente a estas montañas, sobre un valle generoso de tierra verde, se alzan torres, tanques y chimeneas de cementeras y acerías, vastos complejos entreverados unos con otros que se antojan la visión de un futuro industrial en ciudadelas metalizadas. Al anochecer, los reflectores alumbran cada torre, cada tanque, y arrojan sombras enormes de formas esqueléticas contra el suelo.

Sogamoso es un paso obligado para quien desea visitar algunos de los pueblos más bellos y conservados de esta región del país. En Monguí, por ejemplo, es posible recorrer las calles empedradas, apreciar las casas del siglo XVIII, comprar sus famosos balones de fútbol y visitar el cercano páramo de Ocetá. En Iza vale la pena sentarse en una banca del parque central, bajo urapanes y pinos enormes, para apreciar los acabados decimonónicos de la arquitectura: gigantes portones de madera, aldabas en hierro herrumbroso, paredes blancas en tapia pisada y tejados en barro cocido.

Plaza de Monguí.

Foto: Iván Valencia

Todas las carreteras auxiliares de la provincia confluyen en la autopista Tunja-Briceño-Bogotá. Los surcos tecnificados de cebolla junca y los vastos potreros donde pasta el ganado lechero a cada lado de la carretera anuncian que se está dejando atrás la provincia de Sugamuxi, con sus huellas de industria pesada y sus paisajes que invitan a disfrutar sus pueblos pintorescos. Sugamuxi, después de todo, es una región minera, pero también una que conserva lo mejor del campo colombiano.