Keisuke Honda, centrocampista de la selección de Japón. | Foto: Soccrates images / Getty

RUSIA 2018

Rápida, práctica, ninja y eficaz, así es la selección de Japón

Su gran ventaja es la velocidad; su desventaja, que llega al Mundial con un nuevo director técnico. ¿Podrán amargarnos el partido del debut? Jugamos el 19 de junio.

José Andrés Palma*
2 de junio de 2018

Lo que pasó a finales de marzo en Japón nos invita a dibujar una sonrisa. Por sus resultados poco convincentes y su estilo autoritario, casi militar, el técnico Vahid Halilhodžic fue despedido a menos de tres meses para el debut de la selección nipona. A pesar de asegurar su cupo en Rusia, ni los jugadores ni los directivos soportaron su régimen y prefirieron a un hombre de la casa: Akira Nishino.

Aunque no es un desconocido, pues lleva 25 años en las bancas del fútbol japonés, no tiene los pergaminos del entrenador bosnio que en Brasil 2014 puso a Alemania contra las cuerdas cuando dirigía a Argelia. Así que podemos alegrarnos.

Estar en Rusia será la cúspide de la carrera de Nishino, pero intentar ser Guardiola y cambiar el esquema táctico parece demasiado arriesgado. A menos de que sea un demente, el nuevo entrenador mantendrá la idea de juego que los clasificó. Lo que sí podría pasar es que regresen a la cancha las superestrellas que Halilhodžic mandó a la banca durante su dictadura. Es probable que con Nishino volvamos a ver a Okasaki, Honda y Kagawa.

¿Qué más sabemos de Japón? Que tiene lo suficiente para dañar el debut mundialista de una selección que se cree superior (léase Colombia). Es un equipo disciplinado para defender, táctico, que se repliega y, cuando ve la oportunidad, te mata. Por la velocidad de sus transiciones nos recuerda al increíble Leicester que ganó la Premier inglesa.

Los japoneses no se mueren de ganas por tener el balón en los pies; es más, se sienten cómodos al cederlo. No hablamos de un once lírico, pero tampoco de uno tacaño. Cuando puede hacerlo, Japón no se guarda, suelta a sus laterales y extremos como cohetes para atacar con muchos hombres. Luego, si la jugada no prospera, se reorganiza a la velocidad de la luz.

Además, a la vieja guardia de la mitad del campo se le han sumado nombres interesantes como Ideguchi y Shibasaki, volantes jóvenes y muy técnicos que le dieron un salto de calidad al mediocampo y ampliaron el abanico de alternativas ofensivas.

En Brasil les ganamos bailando, pero fue el tercer partido y ya estaban eliminados. Esta vez será a otro precio. La tensión del debut lo hará todo más espeso. Si nos confiamos, si nos hacemos los colombianos, la vamos a pasar fatal.

*Periodista de Hablaelbalón.com