Villamaría quiere ser la nueva potencia del ecoturismo en Colombia

Villamaría es uno de los pocos lugares de Colombia donde usted podrá contemplar al cóndor de los Andes. Observar el vuelo de esta especie en vía de extinción es un privilegio de pocos. Por eso muchos turistas llegan a esta población, uno de los municipios más importantes de Caldas, enclavado en la cordillera Central. Aquí se respira el viento helado que baja del Nevado del Ruiz y se espera el sobrevuelo de esa particular especie que hace parte de nuestro escudo patrio.

Este municipio de casi 63.000 habitantes, vecino de Manizales, Chichiná, Santa Rosa de Cabal (Risaralda) y Herveo (Tolima), aprovecha su riqueza natural para convertirse en un referente de ecoturismo. Para logralo ha creado iniciativas de turismo comunitario como ‘La ruta del cóndor’.

Además, Villamaría ha sido catalogada como ‘La ruta termal de Colombia’, y tiene hermanamientos con Caldas de Reis, en España; y Caldas de Vizela, en Portugal, poblaciones potencia en turismo termal y de bienestar a nivel mundial. Gracias a su biodiversidad y a que tiene múltiples pisos térmicos, cuenta con una variedad de más de 500 especies de aves, según un estudio de Corpocaldas y la Asociación Calidris. “En las zonas rurales, donde impera la producción agrícola, la gente aprovecha las rutas para comenzar sus emprendimientos turísticos. El 25 por ciento de nuestra población se dedica a esta actividad”, cuenta John James Hernández Quintero, secretario de Turismo de Villamaría.

Dentro del plan de desarrollo de la administración municipal se visiona un municipio activo, incluyente y con un desarrollo que permita mejorar la calidad de vida de sus habitantes. También busca incrementar la competitividad del municipio mediante el mejoramiento y mantenimiento de las vías rurales, de los servicios públicos y del servicio de salud. Otro de los objetivos es tener un municipio seguro, y para eso se trabaja en el fortalecimiento de la policía local. Además, la Alcaldía busca aumentar la creación de empresas y fortalecer el emprendimiento de sus comunidades, y ofrecer servicios educativos de excelente calidad.

El alcalde del municipio, Andrés Felipe Aristizábal Parra, tiene muchos motivos para trabajar por esos sueños: “mis ancestros villamarianos crecieron en esta linda y humilde región de tierras campesinas. Reconocemos de inmediato al agricultor villamariano: hombre abnegado, trabajador, juicioso, honesto y simpático. Hombre que ve siempre soluciones y no problemas. Familias campesinas que en conjunto acarician la tierra para tener los mejores y más excelentes productos del campo. Gente que se consigue honradamente su sustento y se gana su diario vivir con el sudor de su frente, con las manos empuñando el machete y el azadón y con el esfuerzo que después los llena de felicidad: la cosecha. Estas son palabras del sentir del alma de un villamariano, hombre enamorado de su municipio y la alegría de su gente, cuya familia de labriegos trabajó la tierra por muchos años con amor y esperanza. Villamaría, privilegio de tener tierras tan hermosas y valiosas que se comparan casi con un sueño, un sueño llamado Villamaría”.

Lea también: “No podemos usar la naturaleza como una empresa": Sandra Bessudo