Los grupos de investigación de las universidades son un espacio para potencializar el talento e inventiva de los estudiantes. | Foto: Gustavo Ortega

INNOVACIÓN

Inventos para la salud desarrollados en laboratorios universitarios

Una camiseta que registra la actividad eléctrica del corazón, y sábanas con sensores que evitan las úlceras en los pacientes son algunas innovaciones que nacieron de las mentes creativas de los estudiantes.

21 de junio de 2020

SÁBANAS INTELIGENTES

Hace 15 años un equipo interdisciplinario del Grupo de Investigación en Bioinstrumentación e Ingeniería Clínica (Gibic), de la Universidad de Antioquia, se propuso fabricar una sábana de cama hospitalaria que evite que los pacientes que deben estar mucho tiempo acostados sufran de lesiones causadas por la presión (úlceras).

Mauricio Hernández, director del Gibic, explica que la sábana “cuenta con 2.000 sensores que miden la presión sobre la cama. Este sistema, además, está acompañado de un ‘software’ que le muestra al médico en una pantalla la silueta que representa la presión en la cama del paciente. De esta forma se puede ajustar con mayor certeza su posición”.

La sábana es una especie de sándwich compuesto por varios textiles. Es fabricada con telas que conducen la electricidad, cambian sus propiedades con la presión y son antifluidos, lo cual facilita su limpieza. Este desarrollo ya cuenta con el aval del Invima para su producción.

VENTILADORES HOSPITALARIOS

En MacondoLab, un centro de crecimiento empresarial de la Universidad Simón Bolívar, en Barranquilla, se desarrolló un soporte ventilatorio para los pacientes con covid-19 que espera el aval del Invima. Se trata de una solución temporal que garantiza la atención de los pacientes en caso de que no haya ventiladores disponibles.

Viene con un dispositivo electrónico que comprime un ambú (unidad de bolsa de máscara de vía aérea) y proporciona ventilación a las personas que no pueden respirar o lo hacen con mucha dificultad. Reynaldo Villarreal, director de tecnologías de MacondoLab, asegura que se trata de “un alivio para el recurso humano especializado porque evita que el personal de la salud tenga que presionar una bomba constantemente para estabilizar a los pacientes. Este es un proceso que puede durar hasta cuatro horas y es desgastante. En cambio, esta máquina comprime el ambú de forma mecánica”.

Los investigadores de MacondoLab se asesoraron con médicos e ingenieros de España, Israel y Grecia. En la construcción del prototipo participaron alrededor de 14 personas y entidades como la Clínica de la Costa, la Clínica Oftalmológica del Caribe, la Universidad Simón Bolívar, la Universidad del Atlántico y la empresa Procaps.

UNA CAMISETA PARA EL CORAZÓN

La principal causa de muerte en el mundo son las enfermedades cardiovasculares. Más del 65 por ciento de la población fallece por estas patologías y su detección, por lo general, se da en estados avanzados. Monitorear la actividad eléctrica del corazón se vuelve fundamental para este tipo de pacientes. El electrocardiograma es el examen habitual, y en caso de sospecha de falla cardiaca se recurre a un holter. Esta máquina registra los ritmos cardiacos de manera continua, a través de electrodos que se pegan al pecho, durante un periodo de 24 a 48 horas. 

Sin embargo, algunas personas son alérgicas a los geles con los que se fijan los electrodos. Buscando una solución para ellas, un grupo de investigadores de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín (UPB) desarrolló una camiseta que hace las veces de holter: registra la actividad eléctrica del corazón durante 30 días, es lavable y está hecha de algodón y poliéster nanorreforzado. Los electrodos también son de poliéster nanorreforzado y tienen nanopartículas que miden las señales del corazón.

Lina Hoyos, docente investigadora de la Escuela de Ciencias de la Salud de la UPB y una de las autoras de este prototipo, explica que “los principales beneficios de la camiseta son el tiempo durante el cual puede tomar señales, que no requiere de geles conductores y la sensibilidad con la que recibe las señales del corazón. Empresas del exterior se han mostrado interesadas en esta tecnología y estamos esperando que la Food and Drugs Administration (FDA) la avale, pues con esa certificación podría masificarse en todo el mundo”.

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