En 2019 las pérdidas estimadas por el cierre de mercados extranjeros a causa de la aftosa fue de 142 millones de dólares. | Foto: Martín Jaramillo

ECONOMÍA

Colombia recuperó su estatus sanitario como país libre de aftosa

Lo había perdido en octubre de 2018 y se recuperó en febrero de 2020. El efecto directo es la dinamización de la actividad para los ganaderos, que podrán llegar a nuevos mercados. ¿Por qué es tan importante?

26 de abril de 2020

La fiebre aftosa es una tragedia para los productores bovinos, aunque puede afectar a cualquier especie de pezuña hendida como los bovinos y los caprinos. Es una enfermedad altamente virulenta, como explica el zootecnista Eduardo Aguirre: “Su síntoma característico es la aparición de unas aftas (heridas abiertas) en la lengua y dentro de la boca, que lastiman al animal cada vez que intenta comer o tomar agua. Y los puede matar por inanición”. Se transmite por contacto directo o indirecto con animales infectados, por sus secreciones o tejidos.

A pequeña escala, la aparición de esta enfermedad provoca el sacrificio de los animales enfermos o aquellos que han tenido contacto con estos para evitar el contagio de los sanos, lo cual puede resultar catastrófico especialmente para un pequeño ganadero. Y a gran escala es un problema sanitario que afecta la comercialización y exportación de ganado.

En nuestro país ya ocurrió. En octubre de 2018 la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) suspendió el estatus de Colombia como un país libre de aftosa con vacunación, lo cual golpeó directamente la exportación de carne, leche y otros productos derivados. Esto, según Fedegán, produjo pérdidas de más de 140 millones de dólares en 2019, solo en exportación de carne. Además, se suspendieron importaciones de productos de origen bovino de países como Perú, Chile, Ecuador, Rusia y Corea (con el que se adelantaban conversaciones para exportar carne de cerdo).

Sin embargo, el 6 de febrero de 2020 Colombia recuperó su estatus sanitario con el que se espera no solo la reconquista de los mercados cerrados, sino la apertura de fronteras para los productos colombianos en regiones como Oriente Medio, China, Estados Unidos y Europa. “El efecto directo de esta noticia es la dinamización de la actividad tanto para los pequeños, como para los medianos y grandes ganaderos del país porque al tener la oportunidad de llegar a mercados que permitan la libre comercialización, aumentará la rentabilidad del productor”, agrega Antonio García, presidente ejecutivo de la Federación Ganadera de Córdoba (Ganacor).

Pero como lo recomendó la OIE, no hay que bajar la guardia. Se debe aplicar con rigurosidad el Código Terrestre para prevenir el reingreso del virus al país. Además, de acuerdo con José de Silvestri, gerente técnico de Fedegán y del Fondo Nacional del Ganado, “todavía tenemos un peligro latente con Venezuela, ya que la frontera es bastante porosa por el contrabando. Nuestro vecino es un país con aftosa en donde se presentan anualmente más de 400 focos de esta enfermedad y no tiene un plan de erradicación. El objetivo no era solo recuperar el estatus. Hay que mantenerlo”.

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