El municipio de Envigado ha llegado a destinar más del 80 por ciento de sus ingersos a inversión social y solo un 20 por ciento para gastos de funcionamiento. | Foto: Diego Zuluaga

PLANEACIÓN

Los retos urbanos que enfrentan las autoridades de Envigado

Su geografía, la protección del ecosistema y las urbes que lo rodean son factores que ha contemplado el municipio para llevar a cabo una cuidadosa planeación de su crecimiento.

1 de agosto de 2018

Una cosa fundamental en la vida es saber lo que se quiere. Primero buscarlo como el que se asfixia busca el aire y finalmente pagar el precio”. En el caso de Envigado, y siguiendo esta consigna del escritor Fernando González, lo que se quiere y debe buscarse es la protección del Escarpe Oriental, así como resistir a la agresiva dinámica de especulación del suelo que sigue avanzando, y mantener las mejores condiciones de vida para la comunidad.

El corredor conocido como Escarpe Oriental une al sistema del Valle de Aburrá con el del Oriente Antioqueño y está conformado por las reservas La Romera-Cerro San Fernando y La Morena, el parque Piedras Blancas y los bosques de Perico y Pantanillo. Es primordial para la sostenibilidad del modelo de ocupación del territorio concertado a escala metropolitana, que recomienda el mantenimiento de los bordes de protección de la cuenca del río Medellín.

Aquí la preservación es estricta debido a que se encuentran áreas de recarga de acuíferos y suelos con un importante contenido de cenizas volcánicas, nacimientos, humedales y una cobertura boscosa con un enorme valor para la sostenibilidad regional. En los suelos de protección Envigado se juega la posibilidad de surtir por gravedad al embalse de La Fe, que provee de agua a gran parte de la población del centro de Antioquia.

El Escarpe Oriental, además, une los dos sistemas territoriales de Envigado: el Valle de Aburrá y el altiplano de Rionegro. Estas son las redes urbanas más dinámicas del departamento de Antioquia. Cada una tiene características geográficas y morfológicas muy dispares, y modelos de ocupación demográficos y socieconómicos distintos. Compartir este escenario, que ha convertido al municipio en una suerte de bisagra entre estos dos sistemas, es uno de los grandes desafíos en cuanto a su ordenamiento territorial. Pero no el único.

Por sus condiciones geográficas y su capacidad limitada de acogida, la planificación territorial de Envigado tiene otros grandes retos. Uno de ellos, sobre el que ya existe una decisión de urgente solidaridad territorial, fue la adscripción al Área Metropolitana como entidad administrativa. Esta decisión democrática y asociativa permite una relación equilibrada con los municipios vecinos y suma a los recursos de inversión para infraestructura y obras públicas. Estos permitirán atender los problemas derivados de la conurbación y hacer efectivo un sistema de reparto que contribuya a reducir los factores de inequidad de la región en términos de desarrollo urbano.

Desde su primer Plan de Ordenamiento Territorial (POT), Envigado ha declarado su preocupación por la sostenibilidad del territorio municipal y ha procurado, por medio de innovadores instrumentos de gestión, incrementar efectivamente el espacio público, al diversificar su oferta desde un enfoque ambiental. Ejemplos de esto son el parque ecoturístico El Salado, Parque Cultural y Ambiental Casablanca y la Casa Museo Fernando González.

Otro aspecto por destacar sobre ese modelo de planeación del municipio tiene que ver con la constante preocupación por el bienestar de la gente. Envigado tiene el Índice de Desarrollo Humano (IDH) más alto del sistema metropolitano y uno de los más elevados de Colombia. En esta población del sur del Valle de Aburrá se ha llegado a destinar más del 80 por ciento de los ingresos del municipio a inversión social y solo un 20 por ciento para gastos de funcionamiento.