"Envigado es una ciudad en la que da gusto caminar, donde se combinan restaurantes 'gourmet' con pequeños y pintorescos cafés de pueblo". | Foto: Diego Zuluaga

ECONOMÍA

¿Por qué nadie se quiere ir de Envigado?

Nadie quiere irse de Envigado y muchos quieren establecerse ahí. Es apenas entendible, pues en este municipio la planeación y la equidad han sostenido su desarrollo.

Aníbal Gaviria Correa*
1 de agosto de 2018

Envigado se ha convertido en una ciudad donde muchos quieren vivir: genera oportunidades, es sostenible, y les brinda muchas posibilidades a sus pobladores para que desarrollen plenamente sus potencialidades y sean felices. La inversión pública, la continuidad en el modelo de desarrollo y el sentido de pertenencia de los habitantes con su territorio son los principales factores que han hecho esto posible.

Esa prosperidad del municipio halla su base en las historias de las familias que crecieron en él o que llegaron a comienzos del siglo XX atraídas por la posibilidad de acceder al empleo industrial, que en esta ciudad fue especialmente próspero. Estas opciones de trabajo se consolidaron a lo largo de las décadas gracias a las inversiones públicas para la construcción de viviendas, impulsar la educación, la salud, la cultura, la recreación y dar apoyo a los emprendimientos a través del acceso al crédito, estímulos tributarios y capacitación a los nuevos empresarios.

Envigado tiene una envidiable equidad social que crea equilibrio, facilita la convivencia y es fuente de seguridad. Durante 2017 fue el municipio del Valle de Aburrá con mayor cantidad de días sucesivos sin muertes violentas: 66. Esa equidad es palpable y la respaldan los números. El 76,84 por ciento de las viviendas pertenecen a los estratos 3, 4 y 5, es decir, son habitadas por familias de clase media que han resuelto sus necesidades básicas y trabajan para garantizarles mejores oportunidades a sus hijos; 19,2 por ciento son viviendas de estrato 2, tan solo 1,64 por ciento pertenecen al estrato 1; y únicamente 2,36 por ciento están ubicadas en estrato 6.

Aunque las principales actividades generadoras de riqueza son de carácter industrial y comercial, este es un municipio verde gracias a la conciencia de sostenibilidad arraigada en una cultura que respeta las montañas y las zonas rurales. Aquí se lucha por la conservación de la quebrada la Ayurá, que corre cristalina en medio de árboles y zonas verdes, y es transparente casi hasta su desembocadura en el río Medellín.

En Envigado se preservan los edificios y espacios públicos simbólicos, todos regulados mediante planes de ordenamiento que han mantenido sus lineamientos de manejo del territorio, la densificación y la protección del patrimonio cultural visible en las sedes Otraparte, de carácter privado, pero apoyadas por los gobiernos municipales, la Biblioteca Municipal y la casa museo Débora Arango.

La ciudad tiene una administración municipal con sentido de continuidad en los planes de desarrollo, que insiste en su visión de largo plazo y así puede consolidar apuestas. Esto, por ejemplo, se ha hecho visible en el sistema educativo municipal, que cuenta con coberturas plenas en básica primaria y media, y que ha avanzado en la oferta de educación superior a través de la universidad pública.

Envigado es una ciudad en la que da gusto caminar, donde se combinan restaurantes gourmet con pequeños y pintorescos cafés de pueblo, casas viejas de tapia o bahareque con modernas unidades residenciales. Los envigadeños, con su alto sentido de pertenencia, son particularmente amables y se sienten muy orgullosos de su municipio, lo defienden y lo cuidan; no están de paso, se han quedado por generaciones, participando activamente en la construcción de su entorno. Equidad, identidad y continuidad. Así Envigado avanza en la dirección correcta para cumplir con su objetivo: ser una ciudad para la vida.

*Exgobernador de Antioquia.