Los fríjoles originales, los envigadeños, se sirven con mazamorra o aguapanela y combinan con todo. Así lo piensa el actor paisa. | Foto: 123RF

GASTRONOMÍA

Los fríjoles que le gustan a Robinson Díaz

El protagonista de ‘La gente de La Universal’ nos cuenta por qué los granos envigadeños que preparaba su abuela Emilia Molina, son insuperables.

Robinson Díaz*
1 de agosto de 2018

De los fríjoles aprendí, amigos míos, que la verdadera patria de un hombre es lo que come en su infancia. Yo, Robinson Díaz, hijo de la tierra donde crece este grano, les digo que aunque los mexicanos se los coman en los tacos, o los italianos en el espagueti, ningunos son tan sabrosos y exquisitos como los que se preparan en Envigado.

Cuando el hambre se presenta y me muerde el estómago como las tenazas de un cangrejo, no hay nada que la calme. Nada como lo hace un buen plato de fríjoles como los que preparaba mi abuela, doña Emilia Molina. Esos son los originales, los envigadeños, los que se sirven con mazamorra o aguapanela y combinan con todo. Los mismos que unen a padres, primos y hermanos, en una misma mesa para compartir. Aquellos que los cocineros más famosos del planeta envidian por su capacidad para entusiasmar al comensal.

Los fríjoles de Envigado, dueños de una devoción bárbara, se acompañan con arroz, arepa, chicharrón y tajadas maduras. El guiso de tomate y cebolla resalta los sabores de la tierra de un municipio cuyo principal ingrediente es el amor. No importan el colesterol, el reflujo o las calorías cuando cada mañana se recalientan con huevo, callos y arepita paisa. Como solo lo saben hacer los cocineros de mi tierra.

Nada como el inigualable olor de los granos verdes cuando se cocinan en la estufa de leña durante horas. Amigos míos, la boca se hace agua. La tortura acaba al concluir la espera y con cada cucharada se escuchan coros celestiales. Saben extraordinario cuando capturan el sabor de la olla de barro, la leña y la cuchara de palo. Es sabor a campo, sabor a gloria. Porque saben bueno solo cuando quien los cocina, quiere y respeta lo que hace. ¡Gracias a Dios por los fríjoles de Envigado!

*Actor