Almirante Hernando Wills, gerente general de la Industria Militar de Colombia (Indumil). | Foto: Mateo Rueda M

INDUSTRIA

La Industria Militar de Colombia crece y está preparada para el posconflicto

Indumil, una compañía con 60 años de experiencia, ha entendido los cambios que trajo el proceso de paz; se ha transformado y cada día interesa más a los mercados internacionales.

14 de julio de 2018

No hay una sola granada, un solo fusil, una sola munición, un solo mortero, que no haya sido probado en combate. Eso es lo que ha permitido posicionar los productos de defensa colombianos en el exterior”, le dijo a SEMANA el gerente general de la Industria Militar de Colombia, el almirante Hernando Wills.

Enfrentar cinco décadas de conflicto hizo que nuestras Fuerzas Armadas se convirtieran en las más preparadas del mundo. Y su industria militar va por el mismo camino. Indumil, una empresa industrial y comercial del Estado, fue creada hace 60 años para proporcionarles a las Fuerzas Militares las capacidades para defender a los ciudadanos. Y desde entonces no ha parado de crecer y modernizarse.

Hoy, la compañía tiene tres fábricas: la Fagecor, en Soacha, para la producción de armas; la Fexar, en Sibaté, para explosivos; y la Fasab, en Sogamoso, dedicada a la metalmecánica. Así, además de suplir las necesidades del sector defensa, Indumil genera más recursos y empleos para el país. En 2017, la Industria Militar de Colombia superó la barrera de los 500.000 millones de pesos en ingresos por ventas.

El plan para los próximos 15 años es claro: una empresa más moderna, internacionalizada, en la que se potencie el talento humano, con tecnologías de punta, y que contribuya al desarrollo nacional. Con una oficina especializada en innovación y desarrollo, está a la vanguardia de las tendencias internacionales y apuesta por tecnologías más baratas, más eficientes, más livianas, menos letales y, en el caso de los explosivos, más amigables con el medioambiente.

La nueva coyuntura del país ha obligado a que la industria busque otras vías de ingreso. “El fin del conflicto con las Farc ha generado una disminución real de los requerimientos de las fuerzas para sostener la campaña militar. Pero nosotros hemos entendido la nueva dinámica, nos hemos anticipado y diversificado. Abrimos la línea azul, con productos sin explosivos que son más baratos, pero permiten mantener el nivel de entrenamiento”, explicó el almirante Wills.

Además, Indumil ha tenido una migración de sus clientes del sector militar a las empresas de vigilancia privada, la Unidad Nacional de Protección y el Inpec, lo cual la ha obligado a ajustar sus líneas de producción, y mantener las operaciones en las fábricas. Por ejemplo, mientras el año pasado vendió al Ejército 530 pistolas Córdova (producto estrella de Indumil), el Inpec le compró 806, y en lo corrido de este año ya ha adquirido otras 1.260.

Si bien el suministro de armas ha mantenido una tendencia a la baja, la compañía lo ha compensado con la internacionalización de sus productos, que por haber sido probados en combate, están muy bien referenciados en el mercado internacional.

Además de exportar productos y realizar intercambios tecnológicos con la mayoría de países del hemisferio, Indumil tiene hoy relaciones comerciales con Emiratos Árabes, Indonesia y Sudáfrica, y mantiene una relación muy fluida con Israel, tanto de transferencia de tecnología como de coproducción.

La Industria Militar de Colombia ha sido un ejemplo perfecto de la transición hacia el posconflicto. Además de aportar a la economía nacional y al comercio exterior, con sus recursos financia la innovación de otras fuerzas e impulsa el desarrollo de la infraestructura. La empresa produce los explosivos necesarios para la construcción de túneles y carreteras de cuarta generación, y además es proveedora de las empresas más grandes del sector minero.

En 2015, Indumil asumió el compromiso de cooperar con las labores de desminado humanitario, con productos certificados por el Programa de Acción Contra Minas de la OEA. Para proteger la vida de quienes desminan, su grupo de ingenieros creó el Kit de Entrenamiento Canino, el Cartucho Disruptor, el Cañón Disruptor, la Carga Deflagrante, la Plataforma Robótica Movible y el servicio de Campos de Pruebas Técnicos y Científicos para el desminado. Y de la mano de la Universidad Nacional, está innovando en robótica y técnicas nucleares para detectar minas con retrodispersión de neutrones y así cumplir en 2021 el objetivo de declarar a Colombia un territorio libre de minas antipersona.