El Ejército colombiano suele ser visto con admiración por otras fuerzas armadas del mundo. | Foto: Oliver Ehmig

HISTORIAS

La victoria más grande del Ejército Nacional

Hoy, nuestros militares son un ejemplo en el mundo. En el país su labor y su transformación han sido decisivas para conseguir la paz. ¿Cómo se ha labrado este exitoso camino?

General Ricargo Gómez Nieto*
14 de julio de 2018

Colombia avanza hacia una paz definitiva. Una paz que nació a la luz de la victoria militar más grande en la historia del país. La forjamos en los cuarteles, en las montañas, en los valles, en los ríos y en los desiertos del territorio nacional. Fue un proceso que nació hace poco más de una década, cuando fuimos capaces de ser visionarios, de diagnosticar las amenazas, los desafíos y las incapacidades para enfrentarlas. Nuestros esfuerzos han estado orientados a que los colombianos tengan una visión de futuro, para sus hijos y para sus nietos, diferente a la que nos tocó.

A diario, el Ejército colombiano forja su futuro con la seguridad, un trabajo respetuoso y en equipo. Es un proceso de transformación constante, en el que cumplen un papel importante la mente y el cambio de actitud permanente, por eso suele ser visto con admiración por otras fuerzas del mundo. El eje central de este proceso es el ser humano, su capacitación y profesionalización. La guerra que libramos durante 52 años nos llevó a todos a desempeñar el mismo papel: a pelear como la infantería, todos empuñando un fusil. Pero cuando comenzamos a potenciar las especialidades del Ejército y las capacidades de nuestros hombres aparecieron nuevos oficiales, suboficiales y soldados entrenados para enfrentar esos desafíos.

El nuevo Ejército está preparado para afrontar cualquier reto en defensa de nuestra soberanía. Contamos con capacidades militares creadas por las necesidades que han sido mejoradas y eso ha atraído a las fuerzas armadas de otros países. Además, Colombia es un Ejército probado en guerra. Es tal vez de los pocos que ha ganado una guerra irregular. Pero también ha salido airoso al enfrentar otras amenazas, como la del narcotráfico, que nos ha permitido crear capacidades diferenciales con el resto del mundo.

Ese valor agregado, el combate irregular, la guerra híbrida, la lucha contra el terrorismo, que es lo que se impone en todo el planeta, lo ponemos al servicio de otras naciones con nuevas capacidades. Estamos asesorando la reorganización de varios ejércitos en el Cono Sur y en Centroamérica. Somos socios globales de la Otan, que nos ha pedido ayuda con la que llamaremos Fuerza de Tarea Colombia, que operará en alguna parte del mundo como fuerza de paz. Por su parte, la ONU nos solicita un batallón para interactuar con ellos en cualquier lugar.

Todo esto nos dará un conocimiento enorme y extraordinario para la capacitación de nuestros hombres y mujeres, y para atender las amenazas domésticas. Lo mejor que les puede pasar a quienes portamos el uniforme y las armas de la República es mantener una alerta vigilante con capacidad y motivación.

*Comandante del Ejército Nacional.